sábado, 13 de abril de 2013

"CUENTOS COMUNICATIVOS"


Cuentos Comunicativos

Muchas veces no sabemos cómo comunicar los sentimientos o los pensamientos, e incluso nos vemos con las palabras atoradas en la garganta sin querer salir, por eso hacemos un experimento: nos forzamos todos y cada uno de los que estamos aquí a contar algo, bueno o malo, pero al fin a decirlo con ganas de que la literatura nos cuente entre aquellos que se atrevieron a decir y no a callar. 
Aquí pues, se encuentra más de una noche en vela, una lágrima perdida en el teclado de la computadora, un insulto a la maestra que no quiso cambiar de actividad, un "yo no puedo" pero al fin se pudo. Un contaré lo que quiera y porque puedo lo haré, un demostrarse así mismos que son más de lo que creen y, sin olvidar, claro está, que la comunicación es todo y si estudiamos comunicación de una manera divertida o entretenida salen productos tan variados como los que podemos leer.
Así que, suerte lector, no te duermas a medio camino y comienza a leer "Cuentos Comunicativos"

"RECUERDOS DE UN HOMICIDIO"


“RECUERDOS DE UN HOMICIDIO”
Por Jesús Israel Mosqueda Marín

¿Quién soy? ¿De dónde soy? ¿Qué hago?, en realidad es que esto no tiene mucha importancia pero supongo que no está de más responder: Me llamo Vince D. Mont; soy de un  pequeño pueblo de Rusia llamado Omskaya Oblast, me dedico a estudiar música y a trabajar medio tiempo para mantener mis gastos y necesidades personales, después de todo me decidí independizar de mi familia y seguir mis ideales e ideas por mí mismo. Yo era un adolescente ordinario que buscaba libertad fuera de casa pero, por azares del destino algo fuero de lo previsto me ocurrió.
Aún recuerdo ese trágico suceso que marcó mi existencia de por vida, parece que el tiempo no ha pasado ya que lo recuerdo como si hubiera sido ayer; cuando en un día común y corriente se convertiría en algo inolvidable a la edad de 19 años. En esa época vivía en la ciudad de Kioto pues siempre había sido mi sueño vivir en Japón y lo logré con esfuerzos y ganas de seguir adelante.
Fue justamente hace 3 años la noche del 18 de noviembre del 2009, cuando iba saliendo de mi trabajo de medio tiempo como ayudante en una librería-café para jóvenes, cuando la chica que era la encargada se me acerco y me dijo: -¿quisieras salir conmigo esta noche?-, yo me quede sin aliento porque en los seis meses que llevaba trabajando allí jamás me había hablado para otras cosas, excepto las veces sobre los pendientes que se tenían que hacer; ella era muy bella y solo tenía 1 año más que yo; sus ojos eran de un verde esmeralda, su tez blanca cual copos de nieve y una cabellera lacia que le cubría la espalda con un color negro intenso. Era la mujer perfecta, le respondí con palabras entrecortadas que si y le pregunte-¿porque me lo pides en este momento?, ¿no estarás tratando de jugarme una broma de mal gusto?-, su respuesta me dejo sin habla -solo pensé que sería bueno que saliéramos hoy ya que me has gustado desde el primer día que llegaste-.
Esa noche fuimos a un bar que estaba de moda en ese tiempo, estuvimos bailando la mayoría del tiempo sólo nos sentábamos para tomar aire y refrescarnos un poco con unas bebidas, todo iba muy bien hasta que en un momento de la nada se quedo seria y me pregunto -¿me protegerás de quien sea?¿cuidaras de mi pase lo que pase?-, yo le respondí enérgicamente -¡claro!¡no habrá nadie que te lastime a mi lado!- en ese momento solo me sonrío y me dio un beso, me quede inmóvil pero a la vez sentí un sentimiento de emoción que recorrió por todo mi ser.
Después de reír y bailar toda la noche salimos del bar y fuimos por la orilla del mar para dar un paseo a la luz de la luna, brillaba con una magnitud superior a la de otros días, platicábamos sobre las cosas que nos gustaba hacer en nuestros tiempos libres y sobre los hobbies que teníamos cada uno; al pasar cerca de una hora en la orilla el sonido de su celular hizo que me  desequilibrara un poco, era una llamada por lo cual ella corrió rápidamente hacia unas escaleras que están cerca para contestar y al momento de hacerlo la note un poco nerviosa, hablaba con un tono de voz bajo casi susurrando para que no la escuchara pero no le di mucha importancia ya que no era de mi  incumbencia y un minuto después colgó y me dijo:-¡Vince lo siento me tengo que ir gracias por todo!-, yo solamente le sonreí y la despedí con un movimiento con el brazo sin saber que al día siguiente todo lo ocurrido en esa noche seria un suceso inusual ya que no la volvería a ver.
Al día siguiente en la mañana me despertaron unos golpes algo fuertes en la entrada de mi casa así que fui a ver qué pasaba, cuando abrí la puerta vi a una persona de traje con dos oficiales a su lado por lo cual yo me sorprendí y pregunte -¿Que se le ofrece?- a lo que la persona respondió -buenos días soy un detective del departamento de policía y necesito hacerle algunas preguntas-; me quede impactado sin embargo accedí a ir con ellos.
Llegando a la jefatura me llevaron a una sala de interrogatorio donde me preguntaron si yo conocía a Hikari y cuál era mi relación con ella, les dije que era mi jefa del trabajo y que no tenía una relación más allá con ella; me dijeron que donde había estado yo desde las 9 de la noche hasta la 1 de la mañana aproximadamente. . . así que les dije que habíamos salido a un lugar para divertirnos y que era la primera vez que lo hacíamos desde que yo trabajaba allí, al seguir con las preguntas me dijeron la razón de porque me llevado con ellos, ella había sido encontrada sin vida en la orilla del mar cerca de la 1 AM.
Me acusaban de algo que no hice apenas empezaba a conocerla, ¿qué razón tendría para matarla?, sin embargo a ellos no les importaba si era inocente solo querían que alguien se declarara culpable con los métodos que fueran necesarios; empecé a sentir que el aire me faltaba, yo no quería ir a prisión por algo que no había hecho así que en cuanto abrieron la puerta de la sala empuje al detective y salí corriendo sin mirar atrás. Al correr para que no me atraparan me tropecé con un chico de mi edad y con una chica los cuales supongo que también estaban corriendo ya que nos miramos e inmediatamente nos levantamos y continuamos con nuestra huida de la estación de policías.
Saliendo de ahí aun seguíamos corriendo ya que varios policías seguían tras nosotros y no nos daban ni un minuto para descansar, en un momento el tuvo una gran idea traía su mochila con él y la aventó a una calle contraria mientras nosotros fuimos a una estación de tren que estaba a la vuelta; adentro de la estación pudimos recuperar el aliento y nos miramos por unos minutos. Los 3 teníamos una conexión, Hikari..., hablamos sobre cómo fue la manera en que terminamos en salas de interrogatorio: el chico de mi edad era un cliente del café e iba con bastante frecuencia y la chica era amiga de ella y pues yo dije que era mi jefa en el trabajo, llegamos a la conclusión de que no podríamos volver a nuestras casas ya que sería el primer lugar en donde nos buscarían y tampoco tendríamos oportunidad de contactar con alguien que nos conociera.
Y entonces nos propusimos escapar juntos a un lugar de la ciudad dónde no nos conocieran  mientras se encontraba al asesino de Hikaru, así que juntamos nuestro dinero y nos dirigimos a comprar tres boletos para el tren ligero, adentro de un vagón nos presentamos aunque decidimos no decir nuestros nombres para no crear algún vinculo de afecto así que utilizamos números para hablarnos ella era No. 2, el era No. 8 y yo No. 1, fue algo curioso así que le preguntamos que por qué el 8 si seguía el 3 y sólo nos dijo... no sé ese número me gusta mucho.
Al bajar del tren llegamos a un pequeño pueblo y lo primero que hicimos allí fue ir a comer ya que no habíamos comido nada desde que nos llevaron  la jefatura y todos teníamos hambre, y después de eso buscamos algo de ropa para que no nos reconocieran y buscamos un lugar en el cual pasar la noche, pero al llegar a un pequeño hotel nos dimos cuenta de algo muy extraño... ¡se nos había acabado el dinero que habíamos juntado!
Un poco antes de eso habíamos prometido no decirle a nadie que conociéramos en dónde estaríamos escondidos ya que eso nos pondría en un peligro con la policía, sin embargo por la desesperación de la falta de efectivo les dije que podríamos confiar en el dueño del local donde trabajaba ya que él me ayudo en momentos en los cuales ninguna otra persona lo hubiera hecho, todos estuvimos de acuerdo así que le llame y le solicite el favor de si podía prestarnos dinero y le di la dirección del local donde estábamos pero no tenía dinero en ese momento y me había comentado que los oficiales fueron a buscar rastros de nosotros y el no dijo nada sobre nuestro paradero.
Como nos quedamos sin efectivo tuvimos que buscar la manera de conseguir dinero fácil, fue entonces cuando vimos que había un pequeño concurso de música en donde el premio eran ¥5000 yens y en el trayecto al pueblo les comenté a ambos que mi pasión era cantar hip-hop y en fue así como ellos me animaban para que yo fuera a allí a cantar, en mi mente estaba indispuesto ya que no suelo cantar frente a un número tan grande de personas y menos si son desconocidos; después de unos momentos de meditación y conflictos con mis pensamientos me decidí a cantar puesto que necesitábamos el dinero.
Cuando empezó la competencia el que organizaba las rondas me envío inmediatamente con los mejores y aun así llegué hasta la final y pude sentir el apoyo no sólo de esos dos sino de todas las personas que estaban sentadas disfrutando del espectáculo y fue unas duras rondas pero con todo y eso logre ganar el concurso.
En el momento justo en el que recogería el premio veía que numero uno y número ocho estaban muy inquietos: brincaban, hacían gestos raros, agitaban sus manos de un lado al otro, creía que estaban contentos de mi triunfo, en realidad durante ese momento había oficiales de policía haciendo reconocimientos cerca de nosotros y al momento de girar el cuello uno me reconoció y fue detrás de nosotros, empezamos a correr por instinto hasta perderlos y fue así como llegamos a un jardín para recreación que estaba a las afueras del pueblo en un lugar abandonado y en cual dormimos dentro de un juego para niños escondiéndonos de los oficiales y juntándonos entre nosotros para no pasar frío en la noche.
Al despertar nos seguimos moviendo ya que no era seguro ese pueblo y tuvimos que pedir a un señor que conducía su camioneta si nos podría llegar al pueblo más cercano a ese lugar y el amablemente accedió, llegamos hasta un pueblo llamado Shisuku en el cual había un pequeño templo budista en el cual fuimos a dar nuestros respetos por la fallecida. Media hora  después le volví a marcar al dueño para saber cómo iban las cosas con la investigación sobre el asesinato y me comento que no había pistas sobre alguna persona y que seguían detrás de nosotros y nos advirtió que tuviéramos cuidado y me despedí de él y colgué.
En la tarde nos escondíamos en un almacén cerrado y platicamos sobre quien habría podido matar a Hikari; numero uno nos comento sobre un sujeto casado con el que salía y al cual le debía dinero y la estaba extorsionando, número ocho era amante de tomar fotos y le logro tomar bastantes fotos a ella subiendo a un carro y con sujeto que él no conocía y pues yo solo tengo esa llamada misteriosa por la cual se tuvo que ir la noche antes de su homicidio y la promesa que me hizo hacerle en el antro de protegerla de cualquier persona que la intentara lastimar.
De pronto aparecieron patrullas por todos lados y nos acorralaron, no teníamos escapatoria, así que subimos hasta la azotea para planear lo que haríamos a partir de ese instante cuando de pronto detrás de nosotros se encontraba el detective que había ido a mi casa y su asistente con sus armas y pidiéndonos que nos entregáramos sin oponer resistencia, ya habíamos llegado tan lejos y estábamos cerca de descubrir al asesino; en un momento de desesperación nos acercamos los tres a la orilla de la azotea y estábamos dispuestos a tirarnos hacia el piso, en el detective nos dijo ¡adelante háganlo! Y en el último segundo su asistente lo esposo a una barra de acero que estaba salida y nos dijo que nos fuéramos de ese lugar enseguida, al bajar nos encontramos con su automóvil con las llaves puestas así que lo tomamos para ir a Kioto y aclarar todo de una vez por todas.
Una vez en la ciudad número ocho nos enseño las fotografías del sujeto desconocido y nos llevamos una sorpresa al saber quién era esa persona, solamente a una persona le convenía que fuéramos nosotros los perseguidos y no él, sólo una persona sabia de nuestras ubicaciones, no era nadie más que el jefe del local y la persona de las fotos era él, todo concuerda ya que él estaba casado y Hikari se comportaba de una manera diferente cuando él se encontraba cerca de ella; así que lo cité en el mismo mar donde todo empezó y allí lo confrontamos, yo no fui decía no tienen ninguna prueba que me incrimine y le enseñamos las fotos y su reacción fue totalmente diferente como de alguien con un paso cerca de la prisión, lo presionamos para que nos dijera porque la razón por la cual la había asesinado y por fin dijo que fue porque ella lo quería terminar y él quería de inmediato todo el dinero que había gastado en ella, ella no tenía el dinero en ese momento y le dijo que se lo pagaría después y el explotó ya que tenía miedo de que su esposa se enterara y la estrangulo; de repente saco un arma y estaba a punto de dispararnos para que no dijéramos nada afortunadamente llego el detective ya que su auto tenía un dispositivo de localización satelital y el pudo escuchar toda la conversación que tuvimos y lo esposo antes de que pudiera intentar cualquier cosa.
Todos fuimos a la comisaria de la policía de la cual habíamos escapado desde un principio, sólo que esta vez íbamos a rendir nuestras declaraciones sobre lo que sucedió y nos declararon inocentes de todos los cargos y nos pidieron disculpas por todos los malos entendidos y problemas que nos causaron, una vez fuera cada uno de nosotros tomamos cursos diferentes y como último detalle nos presentamos ya que ese fue un suceso que marco nuestras vidas para siempre con la corta edad de 19  años.

"MAQUINA DE TIEMPO"


“MAQUINA DE TIEMPO”
Por Geraldine Carolina Rivas Cano
“Este cuento es dedicado para gente soñadora, que  tiene metas en la vida y no deja caer en cualquier fracaso y se vuelve a levantar”




Erase  una vez, en un pueblo de Londres un  joven escritor llamado Peter. Se pasaba, caminando todas las tardes  en el parque,  admirando toda la belleza de la naturaleza. Le encantaba soñar, con  bosques, criaturas mágicas: unicornios voladores, magos, dragones, gigantes, enanos, etc.
Esa misma tarde,  se quedó sentando, en una banca, imaginado, que viajaba a un reino mágico,  donde había un arcoíris  muy  grande,  lleno de colores,  que brillaba,  como los diamantes, donde salían unas hadas mágicas, dragones , gnomos , magos, unicornios y un Pegaso.
 Se preguntó:
-       ¿Por qué todas aquellas creaturas  salen del arcoíris? -
Y Caminó hacia un bosque encantado y empezó a escuchar el  sonido de unas hadas que hablaban  detrás de su oído. Empezó a entender su lenguaje. Peter  les mando muchos  piropos y poemas, sonrojadas. Una de las hadas no podía hablar, le  temblaban sus piernas y sus alas no las movía
Las hadas, le mandaron muchos besos, que el  recibía con agrado, muy sonriente, caballeroso, amable. Peter se despidió de las hadas y, por agradecimiento, le regalaron unos  polvos mágicos para volar al lugar que quisiera ir.
 Las hadas lo guiaron por el camino y se fue corriendo para poder llegar a su destino.  A la derecha vio que estaba una granja; Caminó hacia  ella,  vio unos caballos correr, quiso agarrar un caballo. Como eran muy rápidos, cogió una cuerda, la aventó, hasta que por fin pudo atrapar  a uno.
Vio  que a lo lejos había caído  una luz muy extraña le señalaba  su destino, hacia   una montaña y  quiso acercarse para ver qué había sucedido. A lo lejos vio, un castillo muy grande donde había unos guardias cuidándolo.
No se quiso quedar con las ansias de  ver, caminó por la parte de atrás para que no lo vieran, escucho una voz de una mujer. Quiso subir  a esa torre y ver quien estaba detrás de la ventana.
Cuando se asomó a la ventana, vio que estaba una doncella encerrada. La vio de espaldas, Peter le habló, la doncella estaba tan  asustada que no  podía hablar.
Peter la quiso tranquilizar, le dijo que no gritara. Ella muy, sorprendida de la vestimenta de Peter no dijo nada  hasta que el se presentó,  -yo me llamo Peter y vengo de una ciudad muy grande. ¿Cómo te llamas y por qué está encerrada?-
-Me llamo Emma  y tengo muchos años encerrada  aquí, en este castillo. No he visto ni una luz salir, tengo una nana, que me cuida adentro del castillo. Mis padres me encerraron desde que era una niña, una bruja me hechizo  y  no pudieron cumplir el deseo, ella  quería y me  hechizo por culpa  de mis padres, me encantó. Todos estos años, he estado encerrada -.
A  Peter le dio, mucha tristeza, por aquella doncella  que no podía salir, muy preocupado, pensó en como liberarla.
-Tengo que hacer algo, para ayudarla.  Ahorita vengo,  mi princesa, no me tardo -.
Muy apurado fue en busca de una solución que pudiera ayudar  a liberarle del hechizo  a la princesa. Buscó en cada pueblo que pasaba. Al instante, encontró  a un mago que le digiera como   liberarse de  ese  hechizo. Muy desesperado  ya no sabía qué hacer el mago le dio unas pistas para encontrar  una flor  blanca  que liberaría  a la princesa.
Enseguida fue a buscar la flor. Camino día y noche  hasta topar con un bosque muy espantoso, que daba miedo,  él no  sabía que en él  había   muchos peligros a dentro, él quiso caminar  y  sin fijarse cayó en un pozo,  que ni un ruido se escuchaba de noche. Los únicos ruidos que se oían eran los de los animales.
Empezó a gritar  muy fuerte, para que lo escucharan, su voz  se iba cansando lentamente,  que ya ni podía hablar y se quedo dormido. A la mañana siguiente, escucho un cazador cantando. Peter gritó, para que lo escucharan, el cazador escuchó ruidos, vio para ambos lados, se fijo que a unos cuantos metros estaba un pozo, miro hacia abajo y ¡grito quien anda ahi!
Peter le contestó al cazador: soy un hombre que iba en busca de una flor  mágica y por no fijarme me caí,  ¿me puede ayudar a salir de aquí? Por favor, que llevo un poco de prisa.
Si, no se preocupe amigo, yo le voy ayudar salir de aquí. Déjeme aventarle una cuerda, para que se sujete y yo poder jalarlo, para poderlo sacar, muy lentamente. Poco  a poco pudo sacarlo le dio las gracias al cazador, lo llevó hacia la salida del bosque.
¡Muchas gracias  por sacarme de este bosque! Vete  por este camino, no te perderás para nada. No sigas otros caminos! si, muchas gracias por sus consejos le dijo al leñador. Peter se fue muy rápido y subió a la montaña más alta, en la cima  encontró una flor blanca que brillaba la arranco, fue bajando poco a poco para no caerse. Cuando  logro bajar  de la montaña, caminó por el rumbo, que le habían dicho.
A unos cuantos metros estaba el castillo, pensó cómo llegar para que no lo pudieran ver.  Se acordó que tenía unos polvos que le regalaron las hadas, se los echó en todo el cuerpo. Vio que estaba  volando, cuando llegó al castillo, se metió por la ventana, donde estaba la princesa.
-       Princesa Emma como te lo prometí, no te abandone y fui a buscar un objeto mágico para liberarte del hechizo; Peter le dio la flor blanca. Sólo tienes que olerla –.
La princesa    agarró la flor  y la olió, de repente salió una luz muy brillosa, que salía de la flor blanca.
La princesa Emma, le  dijo a Peter:
-Sácame de  este lugar, de tantos años de encierros que estuve aquí “déjame bajar primero princesa para que no se lastime”, si yo espero aquí.  Al instante  bajo Peter  y después  a la princesa sin un rasguño-  ahora sí,  Emma, puedes hacer lo que quieras, ya tienes tu libertad” te lo agradezco,  Emma se a cerco para darle un beso en la mejilla, así se despidió de Peter.
La princesa se fue  por el camino que le dijo Peter, se alejó  tanto  que no se podía ver. Peter salió lentamente, se fue escondiendo y camino, para que  los guardias para que no lo pudieran ver.  Un guardia lo vio corriendo y  fue a seguirlo.
-¿Qué hace usted aquí?-  Espetó el guardia,   Peter hablo, yo sólo quiero ver este castillo”, el guardia  le dijo no puede pasar; lo lamento, tengo que  eliminarlo y saco una espada, nuestro héroe,   peleó como pudo, hasta que por fin pudo derrotar al guardia.
Después de pelear con el guardia,  caminó hacia un puente que cruzaba un rio lleno de peces saltarines. Cuando iba  cruzar, le cayó algo en la cabeza y volvió a la realidad. Se paró de la banca del jardín, recogió sus cosas para ir con su mamá  a comer. 
Cuando terminaron de comer  su madre, le dijo que fuera,  a la biblioteca y él le preguntó para qué era, tu ve hijo no puedo decirte, déjame ir, de una vez, así  que le obligo.
Vio a una persona de espalda y dijo:
-¿Quién es usted señor?  ¿No te acuerdas de mí?-,  Al principio, no lo reconocía ya cuando  se acordó se acerco a darle un fuerte abrazo, ¡amigo me da mucha emoción que estés aquí! , tenía muchas ganas de verte.  Tom  le empezó a contar de sus viajes.
 El amigo de Peter le hablo que fue  a Francia a conocer  sus paisajes, museos, pueblos, que era muy romántico, de día y de noche, la  gente muy amable  y sencilla; los hombres muy caballerosos, las mujeres muy guapas. En Venecia, encontré una mi pasión, por la pintura.
De rato se escuchó el teléfono y contesta su mamá:
¿Bueno? ¿Con quien desea hablar? “Del otro lado del auricular se oyó una voz femenina, señora quiero, hablar con su hijo, si ahorita se lo paso, aquí espero. Hijo te habla una señorita.
Contestó Peter
¿Bueno?, señor Peter,  tengo que avisarle que su libro  que trajo,  a la editorial le faltan unas hojas y necesito que venga
Le  dijo a su  amigo:
 ¿Me puedes acompañar a recoger un libro? si  claro vamos,  luego de que salieron de la casa se subieron al coche, los dos iban platicando. A unos cuantas   cuadras, cuando iba a  llegar a la  imprenta, se pararon para comprar un periódico y para ver  las noticias.
Peter fue a buscar, un lugar para estacionarse y camino  hacia la editorial, para recoger su libro, le dijo al encargado del negocio,
-vengo por mi libro-,
-si ahorita se lo entrego, déjeme buscarlo. No me  tardo- el hombre entró a una pequeña oficina de la que salió con unas hojas en su mano. -Joven aquí esta su libro- Peter lo tomó dando las gracias y salió diciendo que pronto regresaría con el resto de la historia.
Tom lo estaba esperando en el coche, cuando su amigo regresó le preguntó si quería ir a tomar un café. Peter asintió, al llegar a la cafetería y se sentaron, le hablaron al mesero,  nos puede tomar la orden, enseguida voy señor, espéreme un minuto. Al instante llegó el mesero, ellos ordenaron café y pastel.
Tom se quedó viendo  a una hermosa joven  que estaba en frente de ellos, le dijo a su compañero si lo podía esperar un momento, que no tardaba nada. Peter le respondió que no se preocupara. Caminó muy lentamente  hacia la otra mesa y  se presentó hacia la joven.
-¿Cómo te llamas?-
La joven le contestó:         
-Me llamo Jennifer y soy una estudiante  de universidad, me paso todas las tardes tomando un café para pensar y de noche  me  paso haciendo  las tareas que me dejan -. 
Enseguida llego el mesero les dejo los cafés y la rebanada de pastel pero, Tom hizo caso omiso de la llamada de su amigo cuando éste le dijo que fuera a tomar el café. Tom, sólo se acercó a él para decirle que si no habría problema en que él se quedara ahí a conocer a aquella chica más profundamente. Peter, no opuso resistencia pues deseaba seguir escribiendo.
Peter se decidió ir a un lugar más tranquilo donde no lo molestaran. Pensó en  ir a  la catedral de Santa Úrsula. Cuando llegó, sacó una libreta para anotar sus ideas, se puso  a pensar y ver alrededor que podría anotar.
Empezó a  escribir todas las ideas que se le venían a la mente y se quedó dormido. Estaba soñando que se  encontraba  un desierto sin agua,  el sol  estaba muy fuerte y tenía mucha sed. Caminó por un rumbo que no conocía  un rumbo,  que ni idea sabia, por donde. Vio un oasis donde estaba una laguna, corrió  para tomar agua, cuando la quiso tocar  pero esta desapareció.
Ya no podía caminar  más, sus pies estaban muy calientes, por  tanto  calor que hacía,  se desmayó. Un hombre muy extraño que pasaba  con su camello, y otros animales que lo acompañaban.  Le dio agua para que no se deshidratara.
-Amigo, lo encontré inconsciente, sin  moverse, déjeme ayudarlo. Mi aldea está muy cerca y lo puedo llevar para ayudarlo mejor- - muchas gracias señor por ayudarme-. Al llegar a la aldea Peter vio que era muy grande, mucha gente trabaja allí para ayudar a sus familias, para que sus niños vayan a la escuela. El hombre extraño lo llevo a su casa, para que descansara  y retomara sus energías, estaba tan débil, que casi no se podía mover. 
Ya en la noche le llevaron de cenar,  el señor le platicó a Peter, que tenía un negocio de frutas, verduras y animales, vendía sus cosas para alimentarse, y comprar cosas.
-Tengo que hacer unas cosas, no me tardo, eres mi invitado.  Puedes salir, a donde quieras ir y me avisas para que no te pierdas, como la ciudad es muy grande no conoces aquí. “Si  señor gracias. Decidió salir un rato para despejarse de todo.
Al  caminar por esos rumbos,  se topó con una joven muy bonita que sus ojos  eran chicos y su pelo muy café, chino, se quedo deslumbrado de su belleza.
Le preguntó:
-       ¿Cómo te llamas?-
-       Me llamo  Cintia y soy princesa del reino, mi padre  es  el rey, es un muy bueno  me cuida mucho de que no me hagan algo. Mañana te lo presentaré si vienes aquí mismo-.
El joven aceptó y regresó a la casa de su salvador,
A la mañana siguiente, se levantó y fue a buscar a la princesa  al lugar donde se habían visto por primera vez, la princesa ya estaba, ahí esperándolo, fueron en busca del padre de la princesa para presentárselo.
El rey estaba, en la biblioteca y la princesa Cintia toco la puerta después de un momento, el rey salió para dar un pase por los jardines acompañado de su bella hija. Ahí Peter le presentó sus respetos al noble.
El rey le dijo a Peter mi ciudad, es muy grande  y tiene muchas tradiciones, la gente ayuda mucho,  a sus familias, te parece, si te quedas a cenar  hoy. Espera solo un momento mientras preparan la cena y me acomodan la mesa. Media hora después, se sentaron ante una gran mesa llena de exquisitos manjares.
El rey, la princesa y  Peter brindaron, por esta noche tan hermosa, sírvete lo que quieras, si gracias, todos agarraron, lo que   había en la mesa, enseguida llego, el postre y se los sirvieron a los invitados.
Su alteza, todo está muy rico, ya no me cabe ni un bocado más. El rey agradeció la visita del joven al palacio pues durante la cena hablaron de mil cosas interesantes tanto para Peter como para el rey que deseaba gobernar sabiamente.  
Peter salió del castillo para ir a la casa de su protector, al llegar cayó dormido… despertó a la realidad vio la hora en su reloj, que era muy tarde, para recoger a su amigo a la cafetería.
Se subió al auto, arrancó para ir a buscar a su amigo y contarle el sueño tan extraño que había tenido, aunque después de pensarlo, pensó en que lo leyera en su futuro libro de aventuras por el tiempo.
Al comentar lo que habían hecho durante las últimas dos horas Peter respondió que sólo escribió, mientras Tom conquistaba a la chica. Al ir a la casa de Peter, éste recordó un encargo que su madre le había hecho y pasaron a comprar una tarta y unas flores.
Al llegar a la casa de Peter, la madre los recibió gustosa y encantada de las hermosas flores que habían conseguido. En seguida se puso a hacer la cena pues Tom tenía prisa de irse ya que al día siguiente salía su autobús, sólo pasaba por aquél puedo un día.
Al día siguiente Peter se despertó muy temprano para ir a buscar a su amigo y llevarlo a la estación de trenes, compraron el boleto, se dieron un fuerte abrazo prometiendo verse prontamente. Tom subió al vagón que le correspondía y en cuanto este arrancó se despidieron con un simple movimiento de manos.
Salió, de la estación del tren y  fue a buscar  un libro a la biblioteca, se acercó al encargado para preguntarle dónde estaba el libro de criaturas y mundos mágicos,  el encargado de la biblioteca, le  indico  que estaba a tres  libreros. Fue a buscarlo cuando lo iba agarrar.
Se sentó en una mesa  y empezó a leer el libro, para sacar  las frases más importantes, las anoto en su libreta para  sacar ideas.  Escribió  acerca de su   novela, cuando vio  que era tarde  dejói el libro acomodado y se fue de la biblioteca.
Caminó entonces hasta el mercado y empezó a pedir algunas de las verduras, frutas, etc., que su madre le había pedido llevara. Al terminar sus compras se dirigió a su casa, le entregó los encargos a su madre y subió a su cuarto para poderse inspirar con lo que encontró en la biblioteca, se la  pasó escribiendo y se imagino,   que llegaba,  a una isla donde, estaba unos enanos y unos animalitos, muy pequeñitos, camino por toda las isla,  se  acercó  a uno de los enanos.
 Cuando el enano  lo vio,  que estaba muy grande,  empezó a  gritar. Escucharon sus compañeros y le aventaron piedras a Peter para que lo dejara en paz, sin saber cómo Peter fue atado por los pequeños hombrecitos quienes, poco a poco lo fueron arrastrando para llevarlo con el rey.
El mini rey le escuchó en sus súplicas de que lo soltaran ya que no les haría daño. El rey entonces, confiando en él le pidió a sus súbditos que lo soltaran. Ya cuando era muy noche le dijo que se quedara ahí a dormir.
Peter, de pronto, volvió a la realidad. Tocaron la puerta, era su madre invitándolo a que bajara a comer. Al terminar la comida subió a terminar su libro. Al día siguiente lo entregó muy temprano a la editorial para que lo leyeran y ver si pronto.
Peter estaba, esperando  la respuesta de su libro, sin saber, que iba a tener  mucho éxito con su libro al que nombró “Maquina de Tiempo”, dedicándoselo a su madre. A partir de aquél libro escribió muchas historias que lo apasionaban.





"NONATOS"


“NONATOS”
Por Emilia del Carmen Nava Luna
Dos pequeños cuerpos sin vida me entregaron ese día. Había pasado lo único que no deseaba que sucediera pero tuvo que ocurrir o yo moriría y ellos sin mí no tendrían nada, a nadie; mis hijos nonatos eran gemelos, lucharon lo más que pudieron pero la que no había podido sostenerlos era yo. El obstetra me dio la noticia de que estaba embarazada hace cuatro meses, hacía ya tres meses de mi último encuentro contigo, fue el día más feliz de mi vida aunque después me enteré que tú preferías quedarte con tu prometida, que te daba -igual que si fuera una mala telenovela- dinero, posición social y sobretodo un buen puesto en el negocio de la familia de ella. Cuando te lo dije me comentaste que no le faltaría nada a mi hijo, siempre y cuando fuera un niño, que si era una pequeña sola me hiciera cargo de la bebé, no sería tú hija. Para tus condiciones y limosnas decidí criar a mi pequeño yo solamente. A los dos meses no sabía que serían gemelos, hace dos meses que fui a la consulta normal y a que me hicieran el ultrasonido para saber cómo estaba mi pequeño, el doctor escuchó dos corazones latiendo, tres si contamos el mío, diría que la alegría era doble pero soltera no tengo mucho con qué mantener a mis dos hijos. Acepté el reto porque ya no había vuelta atrás y aunque el patán de su padre me dejó sabía que podríamos hacer las cosas, mi mejor amiga me apoyaría por un tiempo ya que sería la madrina de ambos pequeños; pero aún así dos niños no es sencillo criarlos. Entre las dos rentamos un departamento, los amigos nos ayudaron a acondicionar el sitio dado que no podía cargar mucho, pintaron el cuarto de los gemelos, me regalaron un par de cunas, un cambiador y una cómoda para los nuevos integrantes de la familia; no tendrían un padre pero a cambio de eso tendrían muchos tíos que los amaran y cuidaran mejor que cualquier otra persona. En mi casa no querían saber de mí, fui la vergüenza de la familia, afortunadamente con mi trabajo, con el apoyo de mis amigos no me faltaba nada, no les faltaba a ellos nada. Comenzamos a pensar en los nombres, no sabíamos su sexo, si eran niñas se llamarían Victoria y Macarena, en cambio si resultaban ser niños sus nombres serían: Eduardo y Joaquín; si alguno de sus tíos proponía un nombre más se anotaba en una lista pues ellos decidirían uno más, ya que los primeros eran mi decisión. Iniciamos con las compras de pañales y de ropa para los nuevos integrantes de la familia, quienes nos visitaban llevaban algo siempre: ropa para ellos, biberones, baberos, peinecitos, juguetes. Todos apostábamos con que serían niños. Casi nadie deseaba fueran niñas.
Hace un mes fui a una consulta rutinaria, el ultrasonido no presentó ninguna irregularidad, parecía que el embarazo de seis meses llegaría a su final en tres más sin contrariedad alguna; respiré aliviada, había tenido un par de malestares pero parecía que la única razón de ello era la gastritis pues, no podía tomar nada que me irritara mientras estuviera embarazada. El ginecólogo confirmó mi teoría, no me alarmé más y continué una semana más sin problemas, sin miedo. Mi calvario inició hace tres semanas cuando me desperté una madrugada llorando de un dolor en mi vientre, aquello ya no me parecía normal del todo, le hablé a mi Karla, mi mejor amiga; fue alarmada a mi cuarto pues le asusté con mis gritos. Me llevó un té de manzanilla por si era un malestar estomacal, logré dormir un poco. Karla me despertó en la mañana para que me levantara y fuera al trabajo; no pude hacerlo, a penas reaccionaba a la voz de ella, según me dijo hace un par de días. Le llamó a mi médico, quien al parecer llegó una hora después, me examinó y algo estaba fuera de lugar, algo no iba bien. El doctor entonces pidió una ambulancia para trasladarme al hospital, necesitaban hacerme estudios y no sé qué demonios más.
La tarde me la pasé en observación, el ultrasonido revelaba que los pequeños se habían comenzado a mover de manera extraña, podría ser que la placenta se hubiera roto y el líquido amniótico la traspasara, entrando a mi sistema. Quizás uno de ellos tendría un problema bascular, no atinaban, me hacían ultrasonidos cada hora, monitoreaban los latidos de mis hijos, todo estaba perdiéndose. Al anochecer apareció mi madre gritando como loca pidiendo que los médicos me atendieran sólo a mí, que dejaran de hacer lo que tuvieran que hacer prestándome toda la atención posible. Las enfermeras tuvieron que darle un calmante para que pudiera entrar a la habitación donde estábamos. Así pasamos dos días, hasta que de pronto la fuente se rompió, habían comentado los doctores que posiblemente habría que hacer una cesárea pero, los niños no sabíamos si iban a sobrevivir, les pedí que nos dejaran soportar lo más que pudiésemos para que ellos nacieran, que en el momento que el ginecólogo viera necesaria la operación se hiciera con la plena seguridad de que los pequeños sobrevivirían; demasiado soportamos los tres para lo que en realidad teníamos.
La cesárea fue eterna, o al menos eso me pareció, cuando estuve en condiciones de poder preguntar por mis pequeños mi madre me vio aterrorizada, temerosa de decirme lo que sucedía. Karla no me veía a los ojos, nadie me daba razón de ellos, sabía que estaban débiles, tanto como yo. Les pedí que llamaran al doctor y que él me explicara. Cuando entró a la habitación, le vi a los ojos, él mirándome fijamente me dijo con voz pausada, seria: están en la incubadora, no podemos asegurarle nada pero haremos todo lo posible para que sobrevivan los pequeños. El médico iba de salida cuando alcancé a preguntarle qué eran mis niños. Una niña y un pequeño; las lágrimas rodaron por mis mejillas, mis pequeños Victoria Macarena y Joaquín Eduardo, como les bautizamos, desde ese instante estaban al cuidado de San Ramón Nonato, el Santo de los no nacidos. Por la noche me pude levantar pidiendo encarecidamente que me llevaran ante mis hijos, al verlos en la incubadora, conectados a varios aparatos que desconocía, veía como si les estuvieran haciendo transfusiones. Le pregunté a una de las enfermeras por qué estaban así, atinó a decirme que había un mal en que uno de los gemelos recibía más sangre que el otro, y el otro a su vez la obtenía en exceso, por desgracia es un síndrome casi normal, pero al no ser atendido a tiempo la niña había nacido con anemia, mientras que el pequeño sufrió un aumento en la presión arterial, estaban tratando de regular el flujo sanguíneo de ambos. Decían las enfermeras que sería fácil salvarlos pero no contábamos con el hecho de que no tenían más de seis meses de gestados, comencé a rezar por ellos para que la vida les llegara como un soplo de viento y así poderlos abrazar, darles amor, alimentarlos y verlos crecer. Tenía fe, tanta, que me importaba poco el estado en que me encontraba.
Después de la cesárea no me di cuenta que al hacer el esfuerzo para pararme a ver a mis hijos la herida no estaba cicatrizando como debería; me tuvieron que atar, literalmente, a la cama para que no me levantara al menos por un día. Cuando dormía me despertaba gritando por mis bebés, quería verlos, me urgía saber cómo están y cuál era su estado. El doctor decía lo mismo: estamos haciendo lo posible.
Me recuperé lo más que rápido que mi cuerpo quería, pero mi ánimo no cambiaba, por el contrario decaía. Me dieron de alta pero estuve más tiempo en la clínica que en mi casa, me tenían que llevar a la fuerza a que descansara un poco, estaba medicada para poder dormir, de hecho aún lo estoy. Los gemelos no evolucionaban, por el contrario Victoria parecía decaer cada día más, sin embargo hace una semana, el doctor se acercó a mí y me dijo algo que jamás pensé soportar: Joaquín Eduardo no mejoraba, si no había alguna reacción positiva por la noche, lo más seguro era que no la pasara. Recé implorando a Dios que no me los quitara, que haría lo imposible porque nadie les hiciera daño; prometí y rogué, a la mañana siguiente mi pequeño hijo murió. Un día después Victoria Macarena falleció.
Me entregaron dos cuerpecitos que prácticamente cabían en mis manos, los besé, su piel estaba fría, sin calor, sin vida, derramé lágrimas y sigo haciéndolo no encuentro consuelo. ¿A qué vine? Realmente no lo sé, eran tus hijos, tenía que decírtelo, siento si te he causado una alegría en vez de una pena, pero con alguien más tenía que compartirlo. Por cierto ¿Recuerdas que me encantan las fotos de los angelitos?, sí, esas fotos que tomaban a los niños muertos, pues aquí te dejo la de los pequeños antes de que fueran incinerados. Tal vez ella tenía tu cabello y él tu mirada. Eso nunca lo sabremos, pero ellos te hubieran amado, aunque nunca te llegaran a conocer.



"UNA VIDA DIFICIL"


“Una vida difícil”
Por Aldo Hugo Santoyo Saavedra
Corría el año de 1960 y una pareja se había casado. Ella llamada Rocío, una joven de un aspecto estupendo: delgada, alta, ojos de color verde, un cuerpo envidiable; el esposo, llamado Gabriel, de aspecto robusto, alto, moreno, con una mirada que podía devorar el alma de una persona y la vez cautivarla, un joven dedicado a la carpintería para solventar sus estudios en la normal superior. 
La familia de ella no aceptaba que se hubiera casado con Gabriel, ya que ellos eran acomodados y tenían diversas propiedades, dedicados a la agricultura y la ganadería, personas con pensamientos misóginos, ideas de fanatismo incontrolable sobre la religión católica; mientras que la de Gabriel era una familia pobre, una familia humilde dedicada a la carpintería, conformada de personas que se esforzaban para seguir adelante, pero muy pocos de ellos siguieron los estudios. Gabriel lo había conseguido, después de haber estudiado en la normal superior en Guanajuato,  era maestro pero lo difícil apenas había comenzado, lo habían mandado a una comunidad  lejos de sus hermanos y hermanas, lejos de su ciudad natal, aún más grave, lejos de su nueva familia, separado de su esposa.
Él vivía en Jerécuaro dando clases, haciendo lo que en realidad le apasionaba, pero habiendo pasado unos cuantos meses, la soledad lo agobiaba; este motivo  lo movió a regresar  por su esposa a la comunidad donde ella vivía. Los padres de ella al no estar de acuerdo con esta idea se opusieron, pero esto no fue un obstáculo para ellos. Como pudieron se las arreglaron para ponerse de acuerdo y en una noche de octubre, con una luna con una luz diferente a la de todas las noches anteriores, esa noche el volvió decidido para volver por ella e irse a vivir juntos. Ella sin pensarlo tuvo el valor suficiente para  poder  afrontar a su padre  frente  a frente. Y sin pensarlo se fue de su casa, al irse, su padre enojado no quiso volver a saber nada de ella y mucho menos de él.
Al irse los dos lejos de sus familias y comenzar una nueva, decidieron ir a Guanajuato, pudo haber sido una simple coincidencia o tal vez esa decisión sería algo más, algo predestinado, tal vez en ese momento ellos no pensaban eso. Solo era el simple deseo de estar juntos. Una decisión que cambiaría la vida de muchas personas. Al estar en Guanajuato su vida no era fácil, el dinero que ganaba Gabriel no les era suficiente, ella esperaba en casa a que llegara Gabriel, tenía una rutina típica una mujer que se dedicaba a ser ama de casa, se levantaba muy temprano, preparaba el desayuno, dedicaba mucho tiempo para hacer las tortillas a mano, ya que en esa época no había los aparatos para hacerlas de forma rápida. Después del cansancio que le causaba su rutina, salía a  distraerse, a despejar su mente con la diversidad que presentaba el centro de la ciudad. Podría pasar todo el día ahí, pero su compromiso marital le demandaba regresar a su rutina que para ella casi siempre era aburrida, mientras que a él no le aburría su rutina y prefería estar más tiempo en la escuela enseñando cosas nuevas a los alumnos que en ese tiempo no siempre eran de una misma edad . Se podía encontrar a señores, señoras y algunos cuantos ancianos decididos  tomando clase junto a unos niños de apariencia humilde, escasos recursos, algunos de ellos con un gesto en su cara de tristeza, pero lo que a él le llamaba más la atención era el deseo de todos ellos por aprender algo nuevo, ese mismo deseo que los impulsaría a mejorar su vida.
Un día mientras exponía su clase, el respondió a una pregunta que le había hecho una de sus alumnas más sobresalientes y esmeradas, una pequeña niña con una  mente ágil y una actitud sin igual. Esta pregunta fue: “Profesor ¿Cuál es la mejor motivación?”, el profesor Gabriel se quedó callado por muy poco tiempo y casi sin pensarlo respondió “La necesidad”. Asombrados, sus alumnos, que pensaban que el venía de una familia acomodada. Ante esta reacción el profesor Gabriel no se demoró por contar su historia, pero antes de esto hizo una pregunta a todos los presentes, esta pregunta fue: “¿Enserio quieren saberla?”, los alumnos emocionados contestaron que sí, Gabriel al ver su entusiasmo empezó a contar su historia, la vida que había llevado, los momentos malos y buenos, aunque más malos que buenos, los días que no comía debido a su pobreza, o en aquellos que apenas tenía para alimentarse, las noches que pasaba durmiendo en el piso de su casa, el no tener ropa o juguetes como los otros niños,  esto no tuvo mayor importancia en el, ya que él había aprendido que la vida trataba de eso,  de disfrutar de las cosas tan simples aunque fueran solo por una vez. A lo largo de su vida él supo cómo concentrar todos los sentimientos que guardaba  y así poder enfocarlos en algo bueno y no dejarse llevar por ellos. Los alumnos quedaron boquiabiertos, no esperaban tal historia, algunos de ellos se sintieron identificados debido su situación, un par de niñas comenzó a llorar con tal historia, pero Gabriel estaba seguro que esto le había servido a él y también a ellos ahora que lo escucharon, ese día fue especial para algunos.
Habían pasado unas cuantas semanas, se acercaba el invierno y por consiguiente la primera navidad que esta nueva familia pasaría. Esto alcanzaba para alegrar la actitud de ambos ya que cerca de donde habitaban corrían varios rumores. Estos rumores eran dichos y esparcidos por dos ancianas decrépitas, con una actitud pesimista ante la vida, dos ancianas simples y vulgares, tenían tal bajeza que eran conocidas por todo el vecindario, todos los vecinos estaban enojados por las cosas que circulaban a tal punto que esperaban el día en que estas dos viejas  murieran y dejaran de molestar a cualquier persona que pasara frente a ellas. Esta vez los rumores los habían alcanzado, debido a que en el vecindario en que vivían circulaba el chisme de que Gabriel se perdía en vicios, de que malgastaba su dinero en alcohol, y otras cosas sin sentido alguno. Rocío, al escuchar esto y ser señalada mientras caminaba por una calle, se sintió perpleja, paralizada, no sabía qué hacer, hizo lo primero que se le vino a la mete, así que corrió por varias calles hasta llegar a su casa, al estar su casa solo hizo una cosa, esperar en una silla frente a la puerta  a Gabriel para desmentir los rumores sobre él.  Pasaron varias horas y Gabriel no aparecía en la entrada de su casa, pasó la hora de la cena pero ni la necesidad de comer interrumpió los pensamientos que rondaban su mente sin dejarla descansar, era hora de dormir, su cuerpo suplicaba por estar en la cama descansando, ella siguió esperando, pero después de unas horas más no resistió y cayó rendida ante el cansancio. Cuando llego Gabriel la encontró dormida en la misma silla en que ella estaba esperando, lo único que hizo fue moverla a la cama, la cobijó, le dio un beso en la frente y se retiró, puesto que faltaban pocas horas para que amaneciera y la escuela en la que trabajaba estaba retirada de su hogar, y después fue a seguir con su trabajo, pero aún no entendía por qué Roció estaría en una silla. Mientras viajaba en el autobús que lo llevaría a la comunidad donde se encontraba la escuela, seguía pensando en Rocío, sin saber que varios rumores sobre él eran el pan de cada día de las ancianas de su vecindario y de algunas personas chismosas.
Llegó la mañana y con ello la hora de despertar de Rocío. Cuando despertó no supo cómo llegó a la cama, lo que aún le intrigaba era que no pudo hablar con Gabriel y tampoco sabía si él había venido a su casa,  lo supuso al pensar que él  había llevado a ella a dormir, y también al ver que no estaban sus cosas que usaba para dar clases; su portafolio, los zapatos nuevos, y su camisa preferida. Al ver que no estaban estas cosas su mente tomó control y de nuevo estaba en paz aunque fuera solo por un instante.
Pasaban semanas, día tras día era lo mismo. Rocío ya no soportaba algo más, tenía que saber que pasaba, necesitaba oír una respuesta por parte de Gabriel. Un día al levantarse tomó una  decisión, no aguantaba ni un segundo más con la vida que llevaba, la burla por sus vecinos le carcomía en sus entrañas, sus ojos ya podían derramar más lágrimas, su mente se perdía entre pensamientos de soledad, tristeza y ansiedad, solo había una solución para ella, necesitaba  hablar con Gabriel. Ese mismo día pasó algo atípico para ella, por fin él se había aparecido frente a ella, cuando ella lo vio a los ojos sus ojos no aguantaron más, sus lágrimas corrían con tal facilidad, su cuerpo temblaba, no había necesidad de que su boca se abriera, de que se pronunciaran las mismas preguntas que Gabriel esperaba. Ante esto él no pudo hacer nada, sentía un vacío y la vez quería dar una razón la cual no había, su mente lo engañó y no tuvo otra opción más que aceptar todos los rumores, ella solo dijo una cosa antes de tomar sus cosas e irse, la única palabra que dijo fue: ¿por qué?, él no supo que decir, no tenía preparado ningún absurdo pretexto con el cual convenciera a  ella para tener una razón más para quedarse, sólo bajó la cabeza y ella se retiró por la puerta.  Por esa misma puerta en el que él esperaba a Rocío cada día después de regresar de su trabajo, su conciencia acababa con él, el rencor y remordimiento propio lo volcaron a llevarse a una depresión sustentada en vicios. Pasaron semanas y su vida era peor, vivía en la miseria, mientras tanto Rocío estaba viviendo con su familia, su padre burlón no la quería más en su casa, la trataba peor de lo que se trataba a un animal, la alimentaba miserablemente. Ella sólo soportó ese trato por una semana, decidió irse de nuevo a Guanajuato, sin saber qué situación vivía Gabriel y ante el pésimo trato de su padre y la humillación, se dirigió a tomar un camión con dirección a Guanajuato, pasaron unas horas y ella se encontraba en la ciudad que la calmaba,  con personas que la afectaban y otras que la querían y admiraban. Caminó hasta la que era su casa, un humilde hogar, cuando llegó vio la puerta abierta y encontró a Gabriel en el peor estado que lo podía haber hallado, lo ayudó y lo llevó hacia al hospital más cercano, su vida corría peligro, después de ser atendido su vida aún corría peligro, y a Rocío solo le quedaba más que esperar a que Gabriel despertara de ese sueño profundo en el que se encontraba sumergido. Día tras día Rocío lo visitaba para ver cómo se encontraba y no daba signos de mejoría, después de un mes por fin volvió a estar en estado consiente, él no sabía porqué se encontraba en ese lugar, estaba alterado, roció al oír sus gritos entro a la habitación en la que estaba, él al verla tuvo un minuto de  calma pero no sabía qué hacer, ya que se sentía decepcionado por su comportamiento. Esa misma noche él le prometió que jamás volvería a volver a los vicios, que cambiaría por ella.
Paso un año, un año que fue largo para los dos, las cosas no pintaba de la mejor manera ya que pareciera que no hubo tal cambio prometido, esto hizo que Rocío se sintiera impotente. Mientras tanto Gabriel pudo volver a su trabajo, pero las cosas se habían complicado debido a que lo cambiaron de escuela y ahora su vida con Rocío tendría más complicación, ya que dicha escuela nueva no se encontraba en la ciudad y ahora tendría que viajar una comunidad más alejada. Ella al saber esto no tuvo más opción que aceptarlo. El primer mes fue bastante difícil para los dos, más para Gabriel ya que los viajes eran largos, al llegar a la comunidad preguntó por dicha escuela, al saber dónde se encontraba se dirigió a ella y al caminar se dio cuenta de que las personas eran bastante humildes, era tal la pobreza de ese lugar, que muchos estaban graves de salud y muchos otros sin un lugar en donde pasar la noche. Después de un mes se hizo de varios amigos y de conocidos, el hecho de enseñar a los hijos de todas esas personas era un honor para él.
Un día una mujer se acercó a él, era una señora de aspecto demasiado humilde, no se veía por qué una joven como ella hablaría con él, ella duró unas hablando con él, sorprendido, se fue del lugar y volvió a casa, llego con Rocío y le hablo de algo que le había sucedido. Rocío quedo impactada con tal información  Así que él le pidió que le acompañara en su siguiente visita a la comunidad. Al llegar los dos a la comunidad buscaron a dicha señorita en el lugar que ella le había dicho a Gabriel, ahí se vieron y ella tapada con un rebozo ocultaba algo, algo que no todas las personas se atreverían a cuidar, así es era un pobre e inocente bebé, no lo dudaron y captaron la propuesta de la señorita, ya que ella ya no podía cuidarlo, el bebé de unos días de nacido no sabía lo que ocurría, pero su madre sabía que su vida sería mejor con ellos. Gabriel y Rocío no sabían qué decir, estos ahora sus nuevos padres tenían que superar un nuevo obstáculo para poder dar a un joven otra nueva oportunidad en este mundo.


"¿UN AMOR?"


“UN AMOR”
Por María Elena Guadalupe Pérez Morales
Una mañana de Agosto del 2007, en Irapuato Gto. Se conocieron dos chavos el cual el nombre de él era Leonardo y el de ella Juliana.
El lugar donde empieza esa historia de amor es en la deportiva norte. El que los presento es un amigo de ella, el día en que se conocieron era una mañana soleada su amigo le hablo y le dijo que le quería presentar a un amigo que tenía mucha ganas de conocerla, ella acepto y fue hacia donde él se encontraba, en ese momento ella no le prestó mucha atención a él le pareció muy atractivo,  ya cuando fueron presentados ella se fue con sus amigas él no lo dejaba de ver se acabo el tiempo que tenían que estar en la deportiva y se regresaron a la escuela.
Estando ahí llego la hora de receso ella fue a comprar a la tienda y nunca pensó encontrárselo ahí ella lo saludo y se retiro de ahí con sus amigas; se fueron a sentar a donde siempre en eso el paso y las amigas le hablaron para que se sentara con ellas el acepto y se sentó con ellas empezaron a platicar durante el receso, cuando termino el receso cada quien se fue a su salón. El pasaba cada rato por el salón donde esta ella y desde ese día las amigas empezaron a notar que él quería más que una simple amistad con ella, Juliana solo lo veía como cualquier chavo termino ese día en la escuela se vieron a la hora de la salida y se quedaron platicando hasta que llegaron por Juliana.
Al poco tiempo ellas se fue encariñando con el por su forma de ser,  cada detalle que él hacía hacia ella era muy lindo. Llegaban los fines de semanas y el día no era lo mismo ya que se extrañaban mucho ellos solo querían que ya llegara el lunes nunca pensaron en esperar tanto ese día.
Cuando ella llegaba el ya se encontraba ahí esperándola cuando ella lo veía se le alegraban sus mañanas ella se bajaba muy rápido del auto solo para estar con él y recibir el abrazo y el beso que a ella tanto le gustaban. Los días iban pasando el amor crecía y crecía llego el cumpleaños de él y ella le dio un pequeño detalle pero para él era lo más preciado que había en el mundo.
Pero llego esa mañana de Noviembre la mañana era un poco fría transcurría el día como los demás ellos estaban casi toda la mañana juntos; cuando llego él, final del receso él le pidió que fuera al salón donde está el y ella le respondió que sí que lo esperaría afuera; y ella fue hacia el salón de el  con una amiga, en eso el salió y le dio una carta cuando se la dio le pidió que la leyera sola, ella la guardo se fueron caminando los tres hacia la puerta de la salida en eso llegaron por ella se despidió de él y de su amiga, fueron a dejar a su Mama al trabajo y en ese momento ella abrió la carta y la empezó a leer nunca se imagino lo que le pedía el al final de la carta le pidió “que fuera su novia” muy emocionada empezó a gritar en el auto de la emoción; solo deseaba que llegara el siguiente día para darle la respuesta; el día le parecía eterno pero llego el siguiente día ella muy nerviosa se bajo del auto las amigas de ella ya la estaban esperando, la amiga que la acompaño le pregunto qué fue lo que decía la carta ella solo le dijo ve y dile que si las amigas le preguntaban porque le mandaba a decir eso, Juliana les respondió horita les digo la amiga se cruzo la calle y la hablo y le dijo oye Juliana me mando y me dijo que te dijera que sí. Leonardo la voltio a ver y le sonrió el dejo a los amigos para ir hacia donde estaba Juliana y solo le dio un beso y le dijo que la iba a ser la chava más feliz del mundo se metieron juntos a la escuela la acompaño a su salón Juliana se metió y sus amigas le preguntaron a que se debía eso y ella les empezó a contarles a sus amigas se pusieron muy contentas por ella. Pasaron el mejor receso porque ya no eran amigos si no ya eran novios; pasaron los días y el amor creció mucho más
Llego diciembre llegaron las fechas más bonitas de ese mes pues ya las paso con el chavo mas especial en su vida. Llego el cumpleaños de Juliana en las escuela los amigos de ella y de el la mojaron Leonardo rápido le dio su suéter en lo que llegaban por Juliana cuando llegaron por ella él también se fue pero antes de irse ella le dio que no se le olvidara que le iban a ser una fiesta y quería verlo ahí él le respondió que como lo iba a olvidar que él iba a estar con ella compartiendo esa fecha se despidieron y se fueron.
En la tarde Leonardo no llegaba a la casa de Juliana; ya estaba muy triste porque todos llegaban menos Leonardo. Juliana le marcaba a Leonardo y él no le contestaba el Papa de juliana le dijo que tenían que ir por sus amiga, ella le respondió que si que ya fueran por ellas al salir del fraccionamiento el ya venía Juliana muy contenta le pidió a su Papa que se esperara porque ya venía Leonardo  su Papa se enfreno y Juliana se bajo; Leonardo le pregunto que a donde iba y Juliana le respondió que por sus amigas: Leonardo le dijo que él la llevaba y el Papa de Juliana le dijo que si mientras el iría por el pastel.
Juliana y Leonardo se fueron, ella le dijo pensé que no iba a llegar el le pidió una disculpa por llegar hasta esa hora Juliana le dijo que no importaba mientras que estuviera con ella en ese día tan bonito para ella llegaron por las amigas y se regresaron a la casa de Juliana s divirtieron como nunca, se acabo todo y ella muy contenta porque había compartido su día con el amor de su vida.
Todo en la relación iba muy bien hasta que los Papas de Leonardo conocieron a  Juliana ellos nunca la aceptaron como la novia de su hijo eso fue una prueba muy difícil para la relación de ellos pero el amor todo lo puede.
Pero no solo fue en la familia de el, también en la escuela los querían separar empezaron los chismes para ellos. Un día Juliana tenía un ensayo del grupo de flauta, en cuanto ella iba llegando una amiga le dio que si había llegado con Leonardo ella le respondió que no que venía con sus papas “porque que paso “ la amiga le respondió  que había visto llegar a Leonardo con otra chava y que se habían dado un beso: Juliana sorprendida le dijo que si estaba segura y la amiga le respondió que si ; Juliana se acerco con el novio de la chava que había llegado con Leonardo y le conto lo que le habían dicho. Juliana y el novio de la chava no pusieron atención en el ensayo al terminar el ensayo otra amiga de Juliana le dijo que Leonardo estaba afuera ella se acerco con los Papas y les dijo que ella iba estar afuera en lo que ellos hablaban con los maestros, Juliana salió del lugar y Leonardo llego y la abrazo Juliana le pidió que la soltara él le respondió que por que que pasaba Juliana con lagrimas en los ojos le dijo que él tenía que saber porque lo trataba así. Leonardo le respondió que no sabía que le explicara Juliana le dijo lo que le había dicho su amiga; Leonardo se lo negó le dijo que no era cierto Juliana se acerco con su amiga y le dijo que si le podía repetir lo que vio delante de Leonardo la amiga le dijo que si y se lo repitió. Juliana muy triste le pidió a Leonardo que no la buscara porque le había roto el corazón Juliana se subió al auto y sus Papas le preguntaron qué pasaba y ella le respondió que nada porque ante los ojos de ellos solo eran amigos todavía no pedía permiso para andar.
Antes de que se fuera Juliana le gritaron y le dijeron que Leonardo estaba llorando ella se bajo del auto y fue hacia donde estaba el ; Juliana le dijo entiéndeme estoy confundida mejor hablamos mañana ya no llores por favor Leonardo le jura que no había pasado nada, Juliana le volvió a decir entiéndeme mañana hablamos ya me voy ; muy triste se fue de ahí, al día siguiente llego Juliana a la escuela Leonardo todavía no llegaba pero la chava con la que se había besado ya está ahí se acerco a donde estaba Juliana y le dijo que si podían hablar ella le respondió que sí, la chava con lagrimas en los ojos le dijo que no era cierto que no dudara de Leonardo porque él la quería mucho, ellas dos no eran simples amigas ellas se consideraban hermanas en eso llegaron los amigos de Leonardo y le preguntaron por él a Juliana; y les respondió que no había hablado con él, asustada le pregunto que porque los amigos de él le respondieron que casi se mataba ayer en la moto porque sentía que no valía nada la vida sin ti.
En eso Leonardo llego muy triste Juliana corrió y lo abrazo el solo le pedía perdón ella lo perdono y empezaron a llorar juntos, él le conto lo que le había pasado después de que ella se había ido. Juliana solo lo abrazaba y lo besaba porque para ella él era su mundo. Después de esa situación él pensó en pedir permiso a los Papas de Juliana y los Papas le dieron permiso a juliana de tener novio  todo fue mucho mejor en la relación de ellos y nunca volvió a dudar de Leonardo.
Llego el día en el cual se graduaba Leonardo ese día fue maravilloso para los dos pero nunca se imaginaron que después de ese día esa historia de amor estaría a punto de acabar.
Leonardo ese día todavía le dijo cuanto la amaba, al siguiente día el se iría a Argentina durante un mes Leonardo le marco para despedirse de ella pero Juliana nunca respondió esa llamada. Leonardo no se podía ir sin despedirse de Juliana así  que le mando un mensaje; cuando Juliana lo leyó sintió una tristeza.
Pasaron los días pero siempre estuvieron en contacto pero no era lo mismo: Leonardo nunca  le dijo que día iba a regresar. Un día ella salió a la tienda y se quedo platicando con su amiga en eso ella le pregunto por él y Juliana le respondió que andaba en Argentina, la amiga con una sonrisa le respondió segura que está en Argentina Juliana le respondió que si porque se lo preguntaba la amiga le dijo y ese que está aquí quien es Juliana muy sorprendida  voltio y corrió a abrazarlo y le dijo porque no me dijiste que ya habías llegado Leonardo le respondió te quería dar una sorpresa pasaron todo el día juntos.
Un día llego Leonardo a la casa Juliana y le pidió que hablaran, Juliana le dijo que si; Leonado le dijo que le diera tiempo porque se sentía muy confundió por lo que sus Papas le habían dicho, Juliana muy triste le dijo que tiempo no que era mejor terminar si él no se sentía seguro del amor que tenia por ella;  porque tiempo no se lo daría Leonardo la miro a los ojos y le dijo que pensara lo que le había dicho, Leonardo se despidió se subió al auto y se fue dejando ahí a Juliana muy triste.
Paso días y no se vieron sólo se estuvieron comunicando por teléfono cuando se volvieron a ver el mejor termino con ella porque sabía que no le iba a dar tiempo, para Juliana fue lo peor que le pudo pasar ella lloro días enteros pero después de un tiempo dio por terminado todo y el gran amor que vivieron quedo en un simple recuerdo.