sábado, 13 de abril de 2013

"MAQUINA DE TIEMPO"


“MAQUINA DE TIEMPO”
Por Geraldine Carolina Rivas Cano
“Este cuento es dedicado para gente soñadora, que  tiene metas en la vida y no deja caer en cualquier fracaso y se vuelve a levantar”




Erase  una vez, en un pueblo de Londres un  joven escritor llamado Peter. Se pasaba, caminando todas las tardes  en el parque,  admirando toda la belleza de la naturaleza. Le encantaba soñar, con  bosques, criaturas mágicas: unicornios voladores, magos, dragones, gigantes, enanos, etc.
Esa misma tarde,  se quedó sentando, en una banca, imaginado, que viajaba a un reino mágico,  donde había un arcoíris  muy  grande,  lleno de colores,  que brillaba,  como los diamantes, donde salían unas hadas mágicas, dragones , gnomos , magos, unicornios y un Pegaso.
 Se preguntó:
-       ¿Por qué todas aquellas creaturas  salen del arcoíris? -
Y Caminó hacia un bosque encantado y empezó a escuchar el  sonido de unas hadas que hablaban  detrás de su oído. Empezó a entender su lenguaje. Peter  les mando muchos  piropos y poemas, sonrojadas. Una de las hadas no podía hablar, le  temblaban sus piernas y sus alas no las movía
Las hadas, le mandaron muchos besos, que el  recibía con agrado, muy sonriente, caballeroso, amable. Peter se despidió de las hadas y, por agradecimiento, le regalaron unos  polvos mágicos para volar al lugar que quisiera ir.
 Las hadas lo guiaron por el camino y se fue corriendo para poder llegar a su destino.  A la derecha vio que estaba una granja; Caminó hacia  ella,  vio unos caballos correr, quiso agarrar un caballo. Como eran muy rápidos, cogió una cuerda, la aventó, hasta que por fin pudo atrapar  a uno.
Vio  que a lo lejos había caído  una luz muy extraña le señalaba  su destino, hacia   una montaña y  quiso acercarse para ver qué había sucedido. A lo lejos vio, un castillo muy grande donde había unos guardias cuidándolo.
No se quiso quedar con las ansias de  ver, caminó por la parte de atrás para que no lo vieran, escucho una voz de una mujer. Quiso subir  a esa torre y ver quien estaba detrás de la ventana.
Cuando se asomó a la ventana, vio que estaba una doncella encerrada. La vio de espaldas, Peter le habló, la doncella estaba tan  asustada que no  podía hablar.
Peter la quiso tranquilizar, le dijo que no gritara. Ella muy, sorprendida de la vestimenta de Peter no dijo nada  hasta que el se presentó,  -yo me llamo Peter y vengo de una ciudad muy grande. ¿Cómo te llamas y por qué está encerrada?-
-Me llamo Emma  y tengo muchos años encerrada  aquí, en este castillo. No he visto ni una luz salir, tengo una nana, que me cuida adentro del castillo. Mis padres me encerraron desde que era una niña, una bruja me hechizo  y  no pudieron cumplir el deseo, ella  quería y me  hechizo por culpa  de mis padres, me encantó. Todos estos años, he estado encerrada -.
A  Peter le dio, mucha tristeza, por aquella doncella  que no podía salir, muy preocupado, pensó en como liberarla.
-Tengo que hacer algo, para ayudarla.  Ahorita vengo,  mi princesa, no me tardo -.
Muy apurado fue en busca de una solución que pudiera ayudar  a liberarle del hechizo  a la princesa. Buscó en cada pueblo que pasaba. Al instante, encontró  a un mago que le digiera como   liberarse de  ese  hechizo. Muy desesperado  ya no sabía qué hacer el mago le dio unas pistas para encontrar  una flor  blanca  que liberaría  a la princesa.
Enseguida fue a buscar la flor. Camino día y noche  hasta topar con un bosque muy espantoso, que daba miedo,  él no  sabía que en él  había   muchos peligros a dentro, él quiso caminar  y  sin fijarse cayó en un pozo,  que ni un ruido se escuchaba de noche. Los únicos ruidos que se oían eran los de los animales.
Empezó a gritar  muy fuerte, para que lo escucharan, su voz  se iba cansando lentamente,  que ya ni podía hablar y se quedo dormido. A la mañana siguiente, escucho un cazador cantando. Peter gritó, para que lo escucharan, el cazador escuchó ruidos, vio para ambos lados, se fijo que a unos cuantos metros estaba un pozo, miro hacia abajo y ¡grito quien anda ahi!
Peter le contestó al cazador: soy un hombre que iba en busca de una flor  mágica y por no fijarme me caí,  ¿me puede ayudar a salir de aquí? Por favor, que llevo un poco de prisa.
Si, no se preocupe amigo, yo le voy ayudar salir de aquí. Déjeme aventarle una cuerda, para que se sujete y yo poder jalarlo, para poderlo sacar, muy lentamente. Poco  a poco pudo sacarlo le dio las gracias al cazador, lo llevó hacia la salida del bosque.
¡Muchas gracias  por sacarme de este bosque! Vete  por este camino, no te perderás para nada. No sigas otros caminos! si, muchas gracias por sus consejos le dijo al leñador. Peter se fue muy rápido y subió a la montaña más alta, en la cima  encontró una flor blanca que brillaba la arranco, fue bajando poco a poco para no caerse. Cuando  logro bajar  de la montaña, caminó por el rumbo, que le habían dicho.
A unos cuantos metros estaba el castillo, pensó cómo llegar para que no lo pudieran ver.  Se acordó que tenía unos polvos que le regalaron las hadas, se los echó en todo el cuerpo. Vio que estaba  volando, cuando llegó al castillo, se metió por la ventana, donde estaba la princesa.
-       Princesa Emma como te lo prometí, no te abandone y fui a buscar un objeto mágico para liberarte del hechizo; Peter le dio la flor blanca. Sólo tienes que olerla –.
La princesa    agarró la flor  y la olió, de repente salió una luz muy brillosa, que salía de la flor blanca.
La princesa Emma, le  dijo a Peter:
-Sácame de  este lugar, de tantos años de encierros que estuve aquí “déjame bajar primero princesa para que no se lastime”, si yo espero aquí.  Al instante  bajo Peter  y después  a la princesa sin un rasguño-  ahora sí,  Emma, puedes hacer lo que quieras, ya tienes tu libertad” te lo agradezco,  Emma se a cerco para darle un beso en la mejilla, así se despidió de Peter.
La princesa se fue  por el camino que le dijo Peter, se alejó  tanto  que no se podía ver. Peter salió lentamente, se fue escondiendo y camino, para que  los guardias para que no lo pudieran ver.  Un guardia lo vio corriendo y  fue a seguirlo.
-¿Qué hace usted aquí?-  Espetó el guardia,   Peter hablo, yo sólo quiero ver este castillo”, el guardia  le dijo no puede pasar; lo lamento, tengo que  eliminarlo y saco una espada, nuestro héroe,   peleó como pudo, hasta que por fin pudo derrotar al guardia.
Después de pelear con el guardia,  caminó hacia un puente que cruzaba un rio lleno de peces saltarines. Cuando iba  cruzar, le cayó algo en la cabeza y volvió a la realidad. Se paró de la banca del jardín, recogió sus cosas para ir con su mamá  a comer. 
Cuando terminaron de comer  su madre, le dijo que fuera,  a la biblioteca y él le preguntó para qué era, tu ve hijo no puedo decirte, déjame ir, de una vez, así  que le obligo.
Vio a una persona de espalda y dijo:
-¿Quién es usted señor?  ¿No te acuerdas de mí?-,  Al principio, no lo reconocía ya cuando  se acordó se acerco a darle un fuerte abrazo, ¡amigo me da mucha emoción que estés aquí! , tenía muchas ganas de verte.  Tom  le empezó a contar de sus viajes.
 El amigo de Peter le hablo que fue  a Francia a conocer  sus paisajes, museos, pueblos, que era muy romántico, de día y de noche, la  gente muy amable  y sencilla; los hombres muy caballerosos, las mujeres muy guapas. En Venecia, encontré una mi pasión, por la pintura.
De rato se escuchó el teléfono y contesta su mamá:
¿Bueno? ¿Con quien desea hablar? “Del otro lado del auricular se oyó una voz femenina, señora quiero, hablar con su hijo, si ahorita se lo paso, aquí espero. Hijo te habla una señorita.
Contestó Peter
¿Bueno?, señor Peter,  tengo que avisarle que su libro  que trajo,  a la editorial le faltan unas hojas y necesito que venga
Le  dijo a su  amigo:
 ¿Me puedes acompañar a recoger un libro? si  claro vamos,  luego de que salieron de la casa se subieron al coche, los dos iban platicando. A unos cuantas   cuadras, cuando iba a  llegar a la  imprenta, se pararon para comprar un periódico y para ver  las noticias.
Peter fue a buscar, un lugar para estacionarse y camino  hacia la editorial, para recoger su libro, le dijo al encargado del negocio,
-vengo por mi libro-,
-si ahorita se lo entrego, déjeme buscarlo. No me  tardo- el hombre entró a una pequeña oficina de la que salió con unas hojas en su mano. -Joven aquí esta su libro- Peter lo tomó dando las gracias y salió diciendo que pronto regresaría con el resto de la historia.
Tom lo estaba esperando en el coche, cuando su amigo regresó le preguntó si quería ir a tomar un café. Peter asintió, al llegar a la cafetería y se sentaron, le hablaron al mesero,  nos puede tomar la orden, enseguida voy señor, espéreme un minuto. Al instante llegó el mesero, ellos ordenaron café y pastel.
Tom se quedó viendo  a una hermosa joven  que estaba en frente de ellos, le dijo a su compañero si lo podía esperar un momento, que no tardaba nada. Peter le respondió que no se preocupara. Caminó muy lentamente  hacia la otra mesa y  se presentó hacia la joven.
-¿Cómo te llamas?-
La joven le contestó:         
-Me llamo Jennifer y soy una estudiante  de universidad, me paso todas las tardes tomando un café para pensar y de noche  me  paso haciendo  las tareas que me dejan -. 
Enseguida llego el mesero les dejo los cafés y la rebanada de pastel pero, Tom hizo caso omiso de la llamada de su amigo cuando éste le dijo que fuera a tomar el café. Tom, sólo se acercó a él para decirle que si no habría problema en que él se quedara ahí a conocer a aquella chica más profundamente. Peter, no opuso resistencia pues deseaba seguir escribiendo.
Peter se decidió ir a un lugar más tranquilo donde no lo molestaran. Pensó en  ir a  la catedral de Santa Úrsula. Cuando llegó, sacó una libreta para anotar sus ideas, se puso  a pensar y ver alrededor que podría anotar.
Empezó a  escribir todas las ideas que se le venían a la mente y se quedó dormido. Estaba soñando que se  encontraba  un desierto sin agua,  el sol  estaba muy fuerte y tenía mucha sed. Caminó por un rumbo que no conocía  un rumbo,  que ni idea sabia, por donde. Vio un oasis donde estaba una laguna, corrió  para tomar agua, cuando la quiso tocar  pero esta desapareció.
Ya no podía caminar  más, sus pies estaban muy calientes, por  tanto  calor que hacía,  se desmayó. Un hombre muy extraño que pasaba  con su camello, y otros animales que lo acompañaban.  Le dio agua para que no se deshidratara.
-Amigo, lo encontré inconsciente, sin  moverse, déjeme ayudarlo. Mi aldea está muy cerca y lo puedo llevar para ayudarlo mejor- - muchas gracias señor por ayudarme-. Al llegar a la aldea Peter vio que era muy grande, mucha gente trabaja allí para ayudar a sus familias, para que sus niños vayan a la escuela. El hombre extraño lo llevo a su casa, para que descansara  y retomara sus energías, estaba tan débil, que casi no se podía mover. 
Ya en la noche le llevaron de cenar,  el señor le platicó a Peter, que tenía un negocio de frutas, verduras y animales, vendía sus cosas para alimentarse, y comprar cosas.
-Tengo que hacer unas cosas, no me tardo, eres mi invitado.  Puedes salir, a donde quieras ir y me avisas para que no te pierdas, como la ciudad es muy grande no conoces aquí. “Si  señor gracias. Decidió salir un rato para despejarse de todo.
Al  caminar por esos rumbos,  se topó con una joven muy bonita que sus ojos  eran chicos y su pelo muy café, chino, se quedo deslumbrado de su belleza.
Le preguntó:
-       ¿Cómo te llamas?-
-       Me llamo  Cintia y soy princesa del reino, mi padre  es  el rey, es un muy bueno  me cuida mucho de que no me hagan algo. Mañana te lo presentaré si vienes aquí mismo-.
El joven aceptó y regresó a la casa de su salvador,
A la mañana siguiente, se levantó y fue a buscar a la princesa  al lugar donde se habían visto por primera vez, la princesa ya estaba, ahí esperándolo, fueron en busca del padre de la princesa para presentárselo.
El rey estaba, en la biblioteca y la princesa Cintia toco la puerta después de un momento, el rey salió para dar un pase por los jardines acompañado de su bella hija. Ahí Peter le presentó sus respetos al noble.
El rey le dijo a Peter mi ciudad, es muy grande  y tiene muchas tradiciones, la gente ayuda mucho,  a sus familias, te parece, si te quedas a cenar  hoy. Espera solo un momento mientras preparan la cena y me acomodan la mesa. Media hora después, se sentaron ante una gran mesa llena de exquisitos manjares.
El rey, la princesa y  Peter brindaron, por esta noche tan hermosa, sírvete lo que quieras, si gracias, todos agarraron, lo que   había en la mesa, enseguida llego, el postre y se los sirvieron a los invitados.
Su alteza, todo está muy rico, ya no me cabe ni un bocado más. El rey agradeció la visita del joven al palacio pues durante la cena hablaron de mil cosas interesantes tanto para Peter como para el rey que deseaba gobernar sabiamente.  
Peter salió del castillo para ir a la casa de su protector, al llegar cayó dormido… despertó a la realidad vio la hora en su reloj, que era muy tarde, para recoger a su amigo a la cafetería.
Se subió al auto, arrancó para ir a buscar a su amigo y contarle el sueño tan extraño que había tenido, aunque después de pensarlo, pensó en que lo leyera en su futuro libro de aventuras por el tiempo.
Al comentar lo que habían hecho durante las últimas dos horas Peter respondió que sólo escribió, mientras Tom conquistaba a la chica. Al ir a la casa de Peter, éste recordó un encargo que su madre le había hecho y pasaron a comprar una tarta y unas flores.
Al llegar a la casa de Peter, la madre los recibió gustosa y encantada de las hermosas flores que habían conseguido. En seguida se puso a hacer la cena pues Tom tenía prisa de irse ya que al día siguiente salía su autobús, sólo pasaba por aquél puedo un día.
Al día siguiente Peter se despertó muy temprano para ir a buscar a su amigo y llevarlo a la estación de trenes, compraron el boleto, se dieron un fuerte abrazo prometiendo verse prontamente. Tom subió al vagón que le correspondía y en cuanto este arrancó se despidieron con un simple movimiento de manos.
Salió, de la estación del tren y  fue a buscar  un libro a la biblioteca, se acercó al encargado para preguntarle dónde estaba el libro de criaturas y mundos mágicos,  el encargado de la biblioteca, le  indico  que estaba a tres  libreros. Fue a buscarlo cuando lo iba agarrar.
Se sentó en una mesa  y empezó a leer el libro, para sacar  las frases más importantes, las anoto en su libreta para  sacar ideas.  Escribió  acerca de su   novela, cuando vio  que era tarde  dejói el libro acomodado y se fue de la biblioteca.
Caminó entonces hasta el mercado y empezó a pedir algunas de las verduras, frutas, etc., que su madre le había pedido llevara. Al terminar sus compras se dirigió a su casa, le entregó los encargos a su madre y subió a su cuarto para poderse inspirar con lo que encontró en la biblioteca, se la  pasó escribiendo y se imagino,   que llegaba,  a una isla donde, estaba unos enanos y unos animalitos, muy pequeñitos, camino por toda las isla,  se  acercó  a uno de los enanos.
 Cuando el enano  lo vio,  que estaba muy grande,  empezó a  gritar. Escucharon sus compañeros y le aventaron piedras a Peter para que lo dejara en paz, sin saber cómo Peter fue atado por los pequeños hombrecitos quienes, poco a poco lo fueron arrastrando para llevarlo con el rey.
El mini rey le escuchó en sus súplicas de que lo soltaran ya que no les haría daño. El rey entonces, confiando en él le pidió a sus súbditos que lo soltaran. Ya cuando era muy noche le dijo que se quedara ahí a dormir.
Peter, de pronto, volvió a la realidad. Tocaron la puerta, era su madre invitándolo a que bajara a comer. Al terminar la comida subió a terminar su libro. Al día siguiente lo entregó muy temprano a la editorial para que lo leyeran y ver si pronto.
Peter estaba, esperando  la respuesta de su libro, sin saber, que iba a tener  mucho éxito con su libro al que nombró “Maquina de Tiempo”, dedicándoselo a su madre. A partir de aquél libro escribió muchas historias que lo apasionaban.





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