“MAQUINA DE TIEMPO”
Por Geraldine Carolina Rivas Cano
“Este cuento es dedicado
para gente soñadora, que tiene metas en
la vida y no deja caer en cualquier fracaso y se vuelve a levantar”
Erase una vez, en un pueblo de Londres un joven escritor llamado Peter. Se pasaba, caminando todas las tardes en el parque, admirando toda la belleza de la naturaleza. Le encantaba soñar, con bosques, criaturas mágicas: unicornios voladores, magos, dragones, gigantes, enanos, etc.
Esa
misma tarde, se quedó sentando, en una
banca, imaginado, que viajaba a un reino mágico, donde había un arcoíris muy grande, lleno de colores, que brillaba,
como los diamantes, donde salían unas hadas mágicas, dragones , gnomos ,
magos, unicornios y un Pegaso.
Se preguntó:
-
¿Por
qué todas aquellas creaturas salen del
arcoíris? -
Y Caminó
hacia un bosque encantado y empezó a escuchar el sonido de unas hadas que hablaban detrás de su oído. Empezó a entender su
lenguaje. Peter les mando muchos piropos y poemas, sonrojadas. Una de las hadas
no podía hablar, le temblaban sus
piernas y sus alas no las movía
Las
hadas, le mandaron muchos besos, que el recibía
con agrado, muy sonriente, caballeroso, amable. Peter se despidió de las hadas
y, por agradecimiento, le regalaron unos
polvos mágicos para volar al lugar que quisiera ir.
Las hadas lo guiaron por el camino y se fue
corriendo para poder llegar a su destino. A la derecha vio que estaba una granja; Caminó
hacia ella, vio unos caballos correr, quiso agarrar un
caballo. Como eran muy rápidos, cogió una cuerda, la aventó, hasta que por fin
pudo atrapar a uno.
Vio que a lo lejos había caído una luz muy extraña le señalaba su destino, hacia una
montaña y quiso acercarse para ver qué
había sucedido. A lo lejos vio, un castillo muy grande donde había unos
guardias cuidándolo.
No se
quiso quedar con las ansias de ver,
caminó por la parte de atrás para que no lo vieran, escucho una voz de una
mujer. Quiso subir a esa torre y ver
quien estaba detrás de la ventana.
Cuando
se asomó a la ventana, vio que estaba una doncella encerrada. La vio de
espaldas, Peter le habló, la doncella estaba tan asustada que no podía hablar.
Peter
la quiso tranquilizar, le dijo que no gritara. Ella muy, sorprendida de la
vestimenta de Peter no dijo nada hasta
que el se presentó, -yo me llamo Peter y
vengo de una ciudad muy grande. ¿Cómo te llamas y por qué está encerrada?-
-Me llamo
Emma y tengo muchos años encerrada aquí, en este castillo. No he visto ni una
luz salir, tengo una nana, que me cuida adentro del castillo. Mis padres me
encerraron desde que era una niña, una bruja me hechizo y no
pudieron cumplir el deseo, ella quería y
me hechizo por culpa de mis padres, me encantó. Todos estos años,
he estado encerrada -.
A Peter le dio, mucha tristeza, por aquella
doncella que no podía salir, muy preocupado,
pensó en como liberarla.
-Tengo
que hacer algo, para ayudarla. Ahorita
vengo, mi princesa, no me tardo -.
Muy
apurado fue en busca de una solución que pudiera ayudar a liberarle del hechizo a la princesa. Buscó en cada pueblo que
pasaba. Al instante, encontró a un mago que
le digiera como liberarse de ese hechizo. Muy desesperado ya no sabía qué hacer el mago le dio unas
pistas para encontrar una flor blanca
que liberaría a la princesa.
Enseguida
fue a buscar la flor. Camino día y noche
hasta topar con un bosque muy espantoso, que daba miedo, él no sabía que en él había muchos peligros a dentro, él quiso caminar y sin
fijarse cayó en un pozo, que ni un ruido
se escuchaba de noche. Los únicos ruidos que se oían eran los de los animales.
Empezó
a gritar muy fuerte, para que lo
escucharan, su voz se iba cansando
lentamente, que ya ni podía hablar y se
quedo dormido. A la mañana siguiente, escucho un cazador cantando. Peter gritó,
para que lo escucharan, el cazador escuchó ruidos, vio para ambos lados, se
fijo que a unos cuantos metros estaba un pozo, miro hacia abajo y ¡grito quien
anda ahi!
Peter
le contestó al cazador: soy un hombre que iba en busca de una flor mágica y por no fijarme me caí, ¿me puede ayudar a salir de aquí? Por favor, que
llevo un poco de prisa.
Si, no
se preocupe amigo, yo le voy ayudar salir de aquí. Déjeme aventarle una cuerda,
para que se sujete y yo poder jalarlo, para poderlo sacar, muy lentamente.
Poco a poco pudo sacarlo le dio las
gracias al cazador, lo llevó hacia la salida del bosque.
¡Muchas
gracias por sacarme de este bosque!
Vete por este camino, no te perderás
para nada. No sigas otros caminos! si, muchas gracias por sus consejos le dijo
al leñador. Peter se fue muy rápido y subió a la montaña más alta, en la cima encontró una flor blanca que brillaba la
arranco, fue bajando poco a poco para no caerse. Cuando logro bajar
de la montaña, caminó por el rumbo, que le habían dicho.
A unos
cuantos metros estaba el castillo, pensó cómo llegar para que no lo pudieran
ver. Se acordó que tenía unos polvos que
le regalaron las hadas, se los echó en todo el cuerpo. Vio que estaba volando, cuando llegó al castillo, se metió
por la ventana, donde estaba la princesa.
-
Princesa
Emma como te lo prometí, no te abandone y fui a buscar un objeto mágico para
liberarte del hechizo; Peter le dio la flor blanca. Sólo tienes que olerla –.
La
princesa agarró la
flor y la olió, de repente salió una luz
muy brillosa, que salía de la flor blanca.
La
princesa Emma, le dijo a Peter:
-Sácame
de este lugar, de tantos años de
encierros que estuve aquí “déjame bajar primero princesa para que no se lastime”,
si yo espero aquí. Al instante bajo Peter
y después a la princesa sin un
rasguño- ahora sí, Emma, puedes hacer lo que quieras, ya tienes
tu libertad” te lo agradezco, Emma se a
cerco para darle un beso en la mejilla, así se despidió de Peter.
La
princesa se fue por el camino que le
dijo Peter, se alejó tanto que no se podía ver. Peter salió lentamente,
se fue escondiendo y camino, para que los guardias para que no lo pudieran ver. Un guardia lo vio corriendo y fue a seguirlo.
-¿Qué
hace usted aquí?- Espetó el
guardia, Peter hablo, yo sólo quiero
ver este castillo”, el guardia le dijo
no puede pasar; lo lamento, tengo que
eliminarlo y saco una espada, nuestro héroe, peleó como pudo, hasta que por fin pudo
derrotar al guardia.
Después
de pelear con el guardia, caminó hacia
un puente que cruzaba un rio lleno de peces saltarines. Cuando iba cruzar, le cayó algo en la cabeza y volvió a
la realidad. Se paró de la banca del jardín, recogió sus cosas para ir con su
mamá a comer.
Cuando
terminaron de comer su madre, le dijo
que fuera, a la biblioteca y él le
preguntó para qué era, tu ve hijo no puedo decirte, déjame ir, de una vez,
así que le obligo.
Vio a
una persona de espalda y dijo:
-¿Quién
es usted señor? ¿No te acuerdas de mí?-, Al principio, no lo reconocía ya cuando se acordó se acerco a darle un fuerte abrazo,
¡amigo me da mucha emoción que estés aquí! , tenía muchas ganas de verte. Tom le
empezó a contar de sus viajes.
El amigo de Peter le hablo que fue a Francia a conocer sus paisajes, museos, pueblos, que era muy romántico,
de día y de noche, la gente muy
amable y sencilla; los hombres muy
caballerosos, las mujeres muy guapas. En Venecia, encontré una mi pasión, por
la pintura.
De rato
se escuchó el teléfono y contesta su mamá:
¿Bueno?
¿Con quien desea hablar? “Del otro lado del auricular se oyó una voz femenina,
señora quiero, hablar con su hijo, si ahorita se lo paso, aquí espero. Hijo te
habla una señorita.
Contestó
Peter
¿Bueno?,
señor Peter, tengo que avisarle que su
libro que trajo, a la editorial le faltan unas hojas y
necesito que venga
Le dijo a su
amigo:
¿Me puedes acompañar a recoger un libro? si claro vamos,
luego de que salieron de la casa se subieron al coche, los dos iban
platicando. A unos cuantas cuadras, cuando iba a llegar a la
imprenta, se pararon para comprar un periódico y para ver las noticias.
Peter
fue a buscar, un lugar para estacionarse y camino hacia la editorial, para recoger su libro, le
dijo al encargado del negocio,
-vengo
por mi libro-,
-si
ahorita se lo entrego, déjeme buscarlo. No me
tardo- el hombre entró a una pequeña oficina de la que salió con unas
hojas en su mano. -Joven aquí esta su libro- Peter lo tomó dando las gracias y
salió diciendo que pronto regresaría con el resto de la historia.
Tom lo
estaba esperando en el coche, cuando su amigo regresó le preguntó si quería ir
a tomar un café. Peter asintió, al llegar a la cafetería y se sentaron, le
hablaron al mesero, nos puede tomar la orden,
enseguida voy señor, espéreme un minuto. Al instante llegó el mesero, ellos
ordenaron café y pastel.
Tom se
quedó viendo a una hermosa joven que estaba en frente de ellos, le dijo a su
compañero si lo podía esperar un momento, que no tardaba nada. Peter le
respondió que no se preocupara. Caminó muy lentamente hacia la otra mesa y se presentó hacia la joven.
-¿Cómo
te llamas?-
La
joven le contestó:
-Me
llamo Jennifer y soy una estudiante de
universidad, me paso todas las tardes tomando un café para pensar y de
noche me
paso haciendo las tareas que me
dejan -.
Enseguida
llego el mesero les dejo los cafés y la rebanada de pastel pero, Tom hizo caso
omiso de la llamada de su amigo cuando éste le dijo que fuera a tomar el café.
Tom, sólo se acercó a él para decirle que si no habría problema en que él se
quedara ahí a conocer a aquella chica más profundamente. Peter, no opuso
resistencia pues deseaba seguir escribiendo.
Peter
se decidió ir a un lugar más tranquilo donde no lo molestaran. Pensó en ir a la
catedral de Santa Úrsula. Cuando llegó, sacó una libreta para anotar sus ideas,
se puso a pensar y ver alrededor que
podría anotar.
Empezó
a escribir todas las ideas que se le
venían a la mente y se quedó dormido. Estaba soñando que se encontraba un desierto sin agua, el sol estaba muy fuerte y tenía mucha sed. Caminó
por un rumbo que no conocía un rumbo, que ni idea sabia, por donde. Vio un oasis
donde estaba una laguna, corrió para
tomar agua, cuando la quiso tocar pero
esta desapareció.
Ya no
podía caminar más, sus pies estaban muy
calientes, por tanto calor que hacía, se desmayó. Un hombre muy extraño que
pasaba con su camello, y otros animales
que lo acompañaban. Le dio agua para que
no se deshidratara.
-Amigo,
lo encontré inconsciente, sin moverse,
déjeme ayudarlo. Mi aldea está muy cerca y lo puedo llevar para ayudarlo mejor-
- muchas gracias señor por ayudarme-. Al llegar a la aldea Peter vio que era
muy grande, mucha gente trabaja allí para ayudar a sus familias, para que sus
niños vayan a la escuela. El hombre extraño lo llevo a su casa, para que
descansara y retomara sus energías,
estaba tan débil, que casi no se podía mover.
Ya en
la noche le llevaron de cenar, el señor
le platicó a Peter, que tenía un negocio de frutas, verduras y animales, vendía
sus cosas para alimentarse, y comprar cosas.
-Tengo
que hacer unas cosas, no me tardo, eres mi invitado. Puedes salir, a donde quieras ir y me avisas
para que no te pierdas, como la ciudad es muy grande no conoces aquí. “Si señor gracias. Decidió salir un rato para
despejarse de todo.
Al caminar por esos rumbos, se topó con una joven muy bonita que sus
ojos eran chicos y su pelo muy café,
chino, se quedo deslumbrado de su belleza.
Le
preguntó:
-
¿Cómo
te llamas?-
-
Me
llamo Cintia y soy princesa del reino,
mi padre es el rey, es un muy bueno me cuida mucho de que no me hagan algo.
Mañana te lo presentaré si vienes aquí mismo-.
El
joven aceptó y regresó a la casa de su salvador,
A la
mañana siguiente, se levantó y fue a buscar a la princesa al lugar donde se habían visto por primera vez,
la princesa ya estaba, ahí esperándolo, fueron en busca del padre de la
princesa para presentárselo.
El rey
estaba, en la biblioteca y la princesa Cintia toco la puerta después de un
momento, el rey salió para dar un pase por los jardines acompañado de su bella
hija. Ahí Peter le presentó sus respetos al noble.
El rey
le dijo a Peter mi ciudad, es muy grande
y tiene muchas tradiciones, la gente ayuda mucho, a sus familias, te parece, si te quedas a
cenar hoy. Espera solo un momento
mientras preparan la cena y me acomodan la mesa. Media hora después, se
sentaron ante una gran mesa llena de exquisitos manjares.
El rey,
la princesa y Peter brindaron, por esta
noche tan hermosa, sírvete lo que quieras, si gracias, todos agarraron, lo
que había en la mesa, enseguida llego,
el postre y se los sirvieron a los invitados.
Su
alteza, todo está muy rico, ya no me cabe ni un bocado más. El rey agradeció la
visita del joven al palacio pues durante la cena hablaron de mil cosas
interesantes tanto para Peter como para el rey que deseaba gobernar sabiamente.
Peter
salió del castillo para ir a la casa de su protector, al llegar cayó dormido… despertó
a la realidad vio la hora en su reloj, que era muy tarde, para recoger a su
amigo a la cafetería.
Se subió
al auto, arrancó para ir a buscar a su amigo y contarle el sueño tan extraño
que había tenido, aunque después de pensarlo, pensó en que lo leyera en su
futuro libro de aventuras por el tiempo.
Al
comentar lo que habían hecho durante las últimas dos horas Peter respondió que
sólo escribió, mientras Tom conquistaba a la chica. Al ir a la casa de Peter,
éste recordó un encargo que su madre le había hecho y pasaron a comprar una
tarta y unas flores.
Al
llegar a la casa de Peter, la madre los recibió gustosa y encantada de las
hermosas flores que habían conseguido. En seguida se puso a hacer la cena pues
Tom tenía prisa de irse ya que al día siguiente salía su autobús, sólo pasaba
por aquél puedo un día.
Al día
siguiente Peter se despertó muy temprano para ir a buscar a su amigo y llevarlo
a la estación de trenes, compraron el boleto, se dieron un fuerte abrazo
prometiendo verse prontamente. Tom subió al vagón que le correspondía y en
cuanto este arrancó se despidieron con un simple movimiento de manos.
Salió,
de la estación del tren y fue a
buscar un libro a la biblioteca, se
acercó al encargado para preguntarle dónde estaba el libro de criaturas y
mundos mágicos, el encargado de la
biblioteca, le indico que estaba a tres libreros. Fue a buscarlo cuando lo iba agarrar.
Se
sentó en una mesa y empezó a leer el
libro, para sacar las frases más
importantes, las anoto en su libreta para
sacar ideas. Escribió acerca de su novela, cuando vio que era tarde
dejói el libro acomodado y se fue de la biblioteca.
Caminó
entonces hasta el mercado y empezó a pedir algunas de las verduras, frutas,
etc., que su madre le había pedido llevara. Al terminar sus compras se dirigió
a su casa, le entregó los encargos a su madre y subió a su cuarto para poderse
inspirar con lo que encontró en la biblioteca, se la pasó escribiendo y se imagino, que llegaba,
a una isla donde, estaba unos enanos y unos animalitos, muy pequeñitos,
camino por toda las isla, se acercó
a uno de los enanos.
Cuando el enano lo vio,
que estaba muy grande, empezó
a gritar. Escucharon sus compañeros y le
aventaron piedras a Peter para que lo dejara en paz, sin saber cómo Peter fue
atado por los pequeños hombrecitos quienes, poco a poco lo fueron arrastrando
para llevarlo con el rey.
El mini
rey le escuchó en sus súplicas de que lo soltaran ya que no les haría daño. El
rey entonces, confiando en él le pidió a sus súbditos que lo soltaran. Ya
cuando era muy noche le dijo que se quedara ahí a dormir.
Peter, de
pronto, volvió a la realidad. Tocaron la puerta, era su madre invitándolo a que
bajara a comer. Al terminar la comida subió a terminar su libro. Al día
siguiente lo entregó muy temprano a la editorial para que lo leyeran y ver si
pronto.
Peter estaba,
esperando la respuesta de su libro, sin
saber, que iba a tener mucho éxito con
su libro al que nombró “Maquina de Tiempo”, dedicándoselo a su madre. A partir
de aquél libro escribió muchas historias que lo apasionaban.
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