sábado, 13 de abril de 2013

"RECUERDOS DE UN HOMICIDIO"


“RECUERDOS DE UN HOMICIDIO”
Por Jesús Israel Mosqueda Marín

¿Quién soy? ¿De dónde soy? ¿Qué hago?, en realidad es que esto no tiene mucha importancia pero supongo que no está de más responder: Me llamo Vince D. Mont; soy de un  pequeño pueblo de Rusia llamado Omskaya Oblast, me dedico a estudiar música y a trabajar medio tiempo para mantener mis gastos y necesidades personales, después de todo me decidí independizar de mi familia y seguir mis ideales e ideas por mí mismo. Yo era un adolescente ordinario que buscaba libertad fuera de casa pero, por azares del destino algo fuero de lo previsto me ocurrió.
Aún recuerdo ese trágico suceso que marcó mi existencia de por vida, parece que el tiempo no ha pasado ya que lo recuerdo como si hubiera sido ayer; cuando en un día común y corriente se convertiría en algo inolvidable a la edad de 19 años. En esa época vivía en la ciudad de Kioto pues siempre había sido mi sueño vivir en Japón y lo logré con esfuerzos y ganas de seguir adelante.
Fue justamente hace 3 años la noche del 18 de noviembre del 2009, cuando iba saliendo de mi trabajo de medio tiempo como ayudante en una librería-café para jóvenes, cuando la chica que era la encargada se me acerco y me dijo: -¿quisieras salir conmigo esta noche?-, yo me quede sin aliento porque en los seis meses que llevaba trabajando allí jamás me había hablado para otras cosas, excepto las veces sobre los pendientes que se tenían que hacer; ella era muy bella y solo tenía 1 año más que yo; sus ojos eran de un verde esmeralda, su tez blanca cual copos de nieve y una cabellera lacia que le cubría la espalda con un color negro intenso. Era la mujer perfecta, le respondí con palabras entrecortadas que si y le pregunte-¿porque me lo pides en este momento?, ¿no estarás tratando de jugarme una broma de mal gusto?-, su respuesta me dejo sin habla -solo pensé que sería bueno que saliéramos hoy ya que me has gustado desde el primer día que llegaste-.
Esa noche fuimos a un bar que estaba de moda en ese tiempo, estuvimos bailando la mayoría del tiempo sólo nos sentábamos para tomar aire y refrescarnos un poco con unas bebidas, todo iba muy bien hasta que en un momento de la nada se quedo seria y me pregunto -¿me protegerás de quien sea?¿cuidaras de mi pase lo que pase?-, yo le respondí enérgicamente -¡claro!¡no habrá nadie que te lastime a mi lado!- en ese momento solo me sonrío y me dio un beso, me quede inmóvil pero a la vez sentí un sentimiento de emoción que recorrió por todo mi ser.
Después de reír y bailar toda la noche salimos del bar y fuimos por la orilla del mar para dar un paseo a la luz de la luna, brillaba con una magnitud superior a la de otros días, platicábamos sobre las cosas que nos gustaba hacer en nuestros tiempos libres y sobre los hobbies que teníamos cada uno; al pasar cerca de una hora en la orilla el sonido de su celular hizo que me  desequilibrara un poco, era una llamada por lo cual ella corrió rápidamente hacia unas escaleras que están cerca para contestar y al momento de hacerlo la note un poco nerviosa, hablaba con un tono de voz bajo casi susurrando para que no la escuchara pero no le di mucha importancia ya que no era de mi  incumbencia y un minuto después colgó y me dijo:-¡Vince lo siento me tengo que ir gracias por todo!-, yo solamente le sonreí y la despedí con un movimiento con el brazo sin saber que al día siguiente todo lo ocurrido en esa noche seria un suceso inusual ya que no la volvería a ver.
Al día siguiente en la mañana me despertaron unos golpes algo fuertes en la entrada de mi casa así que fui a ver qué pasaba, cuando abrí la puerta vi a una persona de traje con dos oficiales a su lado por lo cual yo me sorprendí y pregunte -¿Que se le ofrece?- a lo que la persona respondió -buenos días soy un detective del departamento de policía y necesito hacerle algunas preguntas-; me quede impactado sin embargo accedí a ir con ellos.
Llegando a la jefatura me llevaron a una sala de interrogatorio donde me preguntaron si yo conocía a Hikari y cuál era mi relación con ella, les dije que era mi jefa del trabajo y que no tenía una relación más allá con ella; me dijeron que donde había estado yo desde las 9 de la noche hasta la 1 de la mañana aproximadamente. . . así que les dije que habíamos salido a un lugar para divertirnos y que era la primera vez que lo hacíamos desde que yo trabajaba allí, al seguir con las preguntas me dijeron la razón de porque me llevado con ellos, ella había sido encontrada sin vida en la orilla del mar cerca de la 1 AM.
Me acusaban de algo que no hice apenas empezaba a conocerla, ¿qué razón tendría para matarla?, sin embargo a ellos no les importaba si era inocente solo querían que alguien se declarara culpable con los métodos que fueran necesarios; empecé a sentir que el aire me faltaba, yo no quería ir a prisión por algo que no había hecho así que en cuanto abrieron la puerta de la sala empuje al detective y salí corriendo sin mirar atrás. Al correr para que no me atraparan me tropecé con un chico de mi edad y con una chica los cuales supongo que también estaban corriendo ya que nos miramos e inmediatamente nos levantamos y continuamos con nuestra huida de la estación de policías.
Saliendo de ahí aun seguíamos corriendo ya que varios policías seguían tras nosotros y no nos daban ni un minuto para descansar, en un momento el tuvo una gran idea traía su mochila con él y la aventó a una calle contraria mientras nosotros fuimos a una estación de tren que estaba a la vuelta; adentro de la estación pudimos recuperar el aliento y nos miramos por unos minutos. Los 3 teníamos una conexión, Hikari..., hablamos sobre cómo fue la manera en que terminamos en salas de interrogatorio: el chico de mi edad era un cliente del café e iba con bastante frecuencia y la chica era amiga de ella y pues yo dije que era mi jefa en el trabajo, llegamos a la conclusión de que no podríamos volver a nuestras casas ya que sería el primer lugar en donde nos buscarían y tampoco tendríamos oportunidad de contactar con alguien que nos conociera.
Y entonces nos propusimos escapar juntos a un lugar de la ciudad dónde no nos conocieran  mientras se encontraba al asesino de Hikaru, así que juntamos nuestro dinero y nos dirigimos a comprar tres boletos para el tren ligero, adentro de un vagón nos presentamos aunque decidimos no decir nuestros nombres para no crear algún vinculo de afecto así que utilizamos números para hablarnos ella era No. 2, el era No. 8 y yo No. 1, fue algo curioso así que le preguntamos que por qué el 8 si seguía el 3 y sólo nos dijo... no sé ese número me gusta mucho.
Al bajar del tren llegamos a un pequeño pueblo y lo primero que hicimos allí fue ir a comer ya que no habíamos comido nada desde que nos llevaron  la jefatura y todos teníamos hambre, y después de eso buscamos algo de ropa para que no nos reconocieran y buscamos un lugar en el cual pasar la noche, pero al llegar a un pequeño hotel nos dimos cuenta de algo muy extraño... ¡se nos había acabado el dinero que habíamos juntado!
Un poco antes de eso habíamos prometido no decirle a nadie que conociéramos en dónde estaríamos escondidos ya que eso nos pondría en un peligro con la policía, sin embargo por la desesperación de la falta de efectivo les dije que podríamos confiar en el dueño del local donde trabajaba ya que él me ayudo en momentos en los cuales ninguna otra persona lo hubiera hecho, todos estuvimos de acuerdo así que le llame y le solicite el favor de si podía prestarnos dinero y le di la dirección del local donde estábamos pero no tenía dinero en ese momento y me había comentado que los oficiales fueron a buscar rastros de nosotros y el no dijo nada sobre nuestro paradero.
Como nos quedamos sin efectivo tuvimos que buscar la manera de conseguir dinero fácil, fue entonces cuando vimos que había un pequeño concurso de música en donde el premio eran ¥5000 yens y en el trayecto al pueblo les comenté a ambos que mi pasión era cantar hip-hop y en fue así como ellos me animaban para que yo fuera a allí a cantar, en mi mente estaba indispuesto ya que no suelo cantar frente a un número tan grande de personas y menos si son desconocidos; después de unos momentos de meditación y conflictos con mis pensamientos me decidí a cantar puesto que necesitábamos el dinero.
Cuando empezó la competencia el que organizaba las rondas me envío inmediatamente con los mejores y aun así llegué hasta la final y pude sentir el apoyo no sólo de esos dos sino de todas las personas que estaban sentadas disfrutando del espectáculo y fue unas duras rondas pero con todo y eso logre ganar el concurso.
En el momento justo en el que recogería el premio veía que numero uno y número ocho estaban muy inquietos: brincaban, hacían gestos raros, agitaban sus manos de un lado al otro, creía que estaban contentos de mi triunfo, en realidad durante ese momento había oficiales de policía haciendo reconocimientos cerca de nosotros y al momento de girar el cuello uno me reconoció y fue detrás de nosotros, empezamos a correr por instinto hasta perderlos y fue así como llegamos a un jardín para recreación que estaba a las afueras del pueblo en un lugar abandonado y en cual dormimos dentro de un juego para niños escondiéndonos de los oficiales y juntándonos entre nosotros para no pasar frío en la noche.
Al despertar nos seguimos moviendo ya que no era seguro ese pueblo y tuvimos que pedir a un señor que conducía su camioneta si nos podría llegar al pueblo más cercano a ese lugar y el amablemente accedió, llegamos hasta un pueblo llamado Shisuku en el cual había un pequeño templo budista en el cual fuimos a dar nuestros respetos por la fallecida. Media hora  después le volví a marcar al dueño para saber cómo iban las cosas con la investigación sobre el asesinato y me comento que no había pistas sobre alguna persona y que seguían detrás de nosotros y nos advirtió que tuviéramos cuidado y me despedí de él y colgué.
En la tarde nos escondíamos en un almacén cerrado y platicamos sobre quien habría podido matar a Hikari; numero uno nos comento sobre un sujeto casado con el que salía y al cual le debía dinero y la estaba extorsionando, número ocho era amante de tomar fotos y le logro tomar bastantes fotos a ella subiendo a un carro y con sujeto que él no conocía y pues yo solo tengo esa llamada misteriosa por la cual se tuvo que ir la noche antes de su homicidio y la promesa que me hizo hacerle en el antro de protegerla de cualquier persona que la intentara lastimar.
De pronto aparecieron patrullas por todos lados y nos acorralaron, no teníamos escapatoria, así que subimos hasta la azotea para planear lo que haríamos a partir de ese instante cuando de pronto detrás de nosotros se encontraba el detective que había ido a mi casa y su asistente con sus armas y pidiéndonos que nos entregáramos sin oponer resistencia, ya habíamos llegado tan lejos y estábamos cerca de descubrir al asesino; en un momento de desesperación nos acercamos los tres a la orilla de la azotea y estábamos dispuestos a tirarnos hacia el piso, en el detective nos dijo ¡adelante háganlo! Y en el último segundo su asistente lo esposo a una barra de acero que estaba salida y nos dijo que nos fuéramos de ese lugar enseguida, al bajar nos encontramos con su automóvil con las llaves puestas así que lo tomamos para ir a Kioto y aclarar todo de una vez por todas.
Una vez en la ciudad número ocho nos enseño las fotografías del sujeto desconocido y nos llevamos una sorpresa al saber quién era esa persona, solamente a una persona le convenía que fuéramos nosotros los perseguidos y no él, sólo una persona sabia de nuestras ubicaciones, no era nadie más que el jefe del local y la persona de las fotos era él, todo concuerda ya que él estaba casado y Hikari se comportaba de una manera diferente cuando él se encontraba cerca de ella; así que lo cité en el mismo mar donde todo empezó y allí lo confrontamos, yo no fui decía no tienen ninguna prueba que me incrimine y le enseñamos las fotos y su reacción fue totalmente diferente como de alguien con un paso cerca de la prisión, lo presionamos para que nos dijera porque la razón por la cual la había asesinado y por fin dijo que fue porque ella lo quería terminar y él quería de inmediato todo el dinero que había gastado en ella, ella no tenía el dinero en ese momento y le dijo que se lo pagaría después y el explotó ya que tenía miedo de que su esposa se enterara y la estrangulo; de repente saco un arma y estaba a punto de dispararnos para que no dijéramos nada afortunadamente llego el detective ya que su auto tenía un dispositivo de localización satelital y el pudo escuchar toda la conversación que tuvimos y lo esposo antes de que pudiera intentar cualquier cosa.
Todos fuimos a la comisaria de la policía de la cual habíamos escapado desde un principio, sólo que esta vez íbamos a rendir nuestras declaraciones sobre lo que sucedió y nos declararon inocentes de todos los cargos y nos pidieron disculpas por todos los malos entendidos y problemas que nos causaron, una vez fuera cada uno de nosotros tomamos cursos diferentes y como último detalle nos presentamos ya que ese fue un suceso que marco nuestras vidas para siempre con la corta edad de 19  años.

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