“SER YO”
Por Jessica Yessenia Campos Reyes
4 de abril de 1992. Ahí estaba yo junto a la tumba del
que había compartido toda una vida, aún recuerdo cuando agonizaba le pregunté
al doctor si él mejoraría porque no sé cómo vivir sin él. El doctor me preguntó
si yo le amaba mucho, sólo respondí que había aprendido, con el tiempo, a
quererle a pesar de que él nunca valoro
todo lo que yo le había entregado: mi juventud y una vida todo de mí y él en cambio,
me dio una pena a cada día con su maltrato e indiferencia. Ahora, él está
frente a mí postrado en una cama, en su lecho de muerte, yo con la tristeza que
embargaba mi corazón y en mi mente todos
los momentos que viví con él. No sé si amarle u odiarle. Por qué dice eso. Me preguntó
¿En verdad quiere usted saber? Le comenté. Sí, contestó.
Justo ahora recordaba en ese
preciso momento el día en que llegó a mi casa a pedirle mi mano a mi
padre; él de inmediato dijo que era un honor para su familia que un hombre como
él se hubiera interesado en su hija. Carlos era el soltero más codiciado del
pueblo pero eso a mí no me importaba,
salí llorando a donde estaba mi madre, es mucho mayor que yo le dije. Ella sonrío y me dijo - eres muy afortunada, mientras más grande sea más
pronto podrías enviudar y ser libre – pero podría ser. A mi padre le dije, sólo
tengo 15 años ¿cuántos tenías tu cuando te casaste? Eso no es lo que ahora
importa tú debes ser una mujer obediente y veras que todo estará mejor, esas
fueron las palabras que salieron de su boca.
Estaba muy triste pensaba dejarlo todo irme de
ahí pero, no tuve el valor. Aparte, en esos tiempos no era bien visto que una
mujer dejara un compromiso. Así que olvidé toda cosa que pasaba por mi mente. Mi
madre decía que debía prepararme para
mi nueva vida con mi futuro esposo, toda
una ama de casa; en esos momentos sólo podía pensar en cómo sería el matrimonio a mis quince años, con muchas cosas
que aprender en otra casa y con otras costumbres-Además de muchas cosas que ya no
podría hacer, tenía que estar al pendiente de mi futuro esposo al menos eso
decía mi madre.
El día de la boda se llegó, no sentía como si fuese a
ser el día más feliz de mi vida si no el día en que se acababa mi libertad, mis
ilusiones, mi vida… quería que la fiesta durara para siempre para que nuca tuviera que irme con Carlos. Todos
parecían divertirse bebiendo hasta perder la razón, bailando entre ellos. Pero
toda fiesta llega a su fin, ya no había más nada que hacer, ya era su esposa.
Los primeros meses fueron los más difíciles pero poco
a poco me fui adaptando a sus costumbres, a su actitud fría, sus exigencias y
celos excesivos. No podía hablar con
ninguna persona, no me dejaba salir a ningún lado, ni con mi madre me decía que sólo iba a que me
mal aconsejara, que yo no tenía nada a qué salir. Sumado a todo esto se volvió aún
más violento con cualquier pretexto me pegaba, no le importó que fuera a tener
un hijo, qué más daba, siempre lo hacía.
Ya no me sorprendía su maltrato pero aún me daba tristeza y me ponía a
llorar, pero jamás en su presencia.
Todo empeoró con el nacimiento de mi hija. Es muy
triste saber que sus padres hicieron de él
un mal hombre de poco sentimiento porque tenía que ser niño y toda su familia
pensaba lo mismo. Es más doloroso porque aparte de aguantarlo a él tenía que
soportar a la familia. Me sentía con una impotencia al darme cuenta que vivía
con rivales y con familia de la cual tenía que andarme cuidando, mi vida
era un martirio el cual duele pero, con el tiempo te acostumbras a vivir sin
libertar, a no poder expresar lo que sientes y a sentir rabia por las personas
que te amargan la existencia y con el
tiempo te vas dando cuenta que en esta
vida te puedes topar con muchas personas buenas y malas, que debemos ser
fuertes y seguir adelante porque yo como mujer sé que soy mejor, porque soy capaz
de soportar todo tipo de dolor y
sacrificio. Soy una mujer con un vacío profundo. En el sentido del amor
no fui afortunada a conocerlo con mi pareja, creo y espero, que en otra vida
pueda ser feliz. Porque yo sueño en un mundo donde pueda ser yo misma y no en
un mundo de apariencias, porque Carlos y su familia viven en la apariencia y
están más vacíos que yo. Aparentan una realidad falsa y me di cuenta que es un
cobarde y que su capacidad no da para más, que estaba tan molesto que se fue a
tomar. No se apareció por la casa en unos días así que cuando mi madre se enteró
que estaba sola me llevó a su casa para cuidar de la niña, pero cuando Carlos
por fin se dignó a volver a casa y no me encontró enfureció aún
más, y fue por mí a casa de mi madre me
llevó a rastras. A mi ya no me importaban sus maltratos era algo a lo que ya me
había acostumbrado, pero ahora tenía una hija a quien cuidar en otro momento
hubiera rogado porque un día de esos me matara pero, no tenía que dejar de
pensar egoístamente y pensar en mi hija no la podía dejar sola con un padre
así.
Pasaron los años,
ya tenía algo por qué vivir: cuidar de mi hijos, verlos crecer. Ya tenía algunos meses que su
padre no estaba con nosotros, por su trabajo, siempre que se iba vivíamos tan a
gusto, sin preocupaciones de ningún tipo. Estábamos todos reunidos para comer
cuando después de tres meses de no verlo entro a la casa muy molesto; no era
nuevo, ya no nos sorprendía. Se quitó el cinto para pegarle a mi hija pero no
tuve valor para decirle algo más. Sólo dije por qué eres así, ¿qué te hemos hecho?
¿Acaso no amas a tu hija? Sólo se quedó callado y se fue adormir.
En una fiesta
que se hacía cada año en el pueblo que vivíamos, había ido a misa con todos mis hijos y me di cuenta que estaba
la persona indicada, con la que yo quería compartir mi vida y recordé mis
tiempos aquellos cuando quisimos ser novios y fuimos por 8 días pero él, tuvo
que ir a Estados Unidos, por eso del sueño americano. Él se fue por la ilusión
de hacer fortuna y regresar por mí, pero las cosas no sucedieron así, no hubo
oportunidad. Me robaron mi ilusión, no me pidieron opinión, pero en ese momento
que lo vi mi alma regresó a mi cuerpo. Me sentí tan feliz porque todo el tiempo
pensé en él y lo recordaba con frecuencia, me puse a llorar pensando que mi
vida sería otra al lado de él y preguntándome por qué él tuvo que irse, por qué
en su momento no nos casamos. A mí no me hubiera importado la riqueza porque
prefiero la pobreza y ser feliz en el amor pues me sentía tan feliz que me
acerque a preguntarle cómo estaba y en mi mente pensando si él todavía era
soltero y pudiéramos tener la posibilidad de huir juntos y ser felices pero,
sorpresa que me llevé. Me contestó que estaba muy bien y que se había casado y
que tuvo sus hijos pero que su esposa no había sido lo que él esperaba, pero
que la vida así era, nadie tenía lo que quería que todo era a conveniencia y
que no había de otra, que siguiera adelante con mi vida pues mi tristeza regresó
a mi cuerpo, porque aparte de todo mi marido se dio cuenta que estaba
platicando con él y ya que él es muy celoso y, con una mirada dominante me dio
a entender que me fuera para la casa, tuve que hacerlo entré a mi casa y me
puse a llorar y a pensar en el amor que le tuve a él y quiero recordarlo toda
mi vida aunque sea así me di cuenta que en una sola cosa yo era libre en mis
pensamientos porque no sabían lo que yo
planeaba…Pasó el tiempo y en una de sus borracheras se peleó y lo dejaron herido,
por eso lo atiende Usted, le dije al doctor.
Duró ya muy poco en cama. Murió. Sus padres lloraban
postrados en su féretro preguntándose el por qué de las cosas y que me armó de
valor y les digo ¡los valores que le inculcaron no fueron los correctos no lo
ensenaron a ser humilde cuando él me pegaba hasta se reían y decían que lo que él
hacia estaba bien! ¿Entonces para que se quejan? ¡Hasta que sienten el dolor que yo sentía!
con todo el sufrimiento que me hizo pasar, eso es poco todavía le falta señora y
yo estoy triste por como acabó y feliz porque soy libre y de ahora en adelante
no volveré a dejar que decidan por mí.
Sorpresa me lleve después ya que me dejó dinero porque
trabajaba en Pemex pero la familia empezó a decir que les tocaba una parte y les
dije con furia que no, no me ayudaron
con mi martirio. Si me dejaron sola pues para ustedes no hay nada y fui
afortunada porque los licenciados por parte del trabajo les dijeron que no les
tocaba nada pues mi vida dio giro y ora soy libre pero con una lección de vida muy fuerte. Eso pensé pero sorpresa me llevo otra vez pues
mi marido tenía otra familia, otros
hijos que estaban reclamando fortuna. Pensé, este hombre está muerto y aun así
no se acaban los problemas esto no puede ser cierto. Bueno, estuve defendiendo lo que me correspondía
por ley y lo logré. Ahora me dedico a mi persona a disfrutar y ver todo lo
maravilloso que es la vida y pues quiero rehacer mi vida como me hubiera gustado que fuera con aquella
persona que conocí cuando tenía 15 es lo que pido pero ya me conformo con mi libertad de expresión
y ser yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario