miércoles, 3 de abril de 2013

"SER YO"


“SER YO”
Por Jessica Yessenia Campos Reyes

4 de abril de 1992. Ahí estaba yo junto a la tumba del que había compartido toda una vida, aún recuerdo cuando agonizaba le pregunté al doctor si él mejoraría porque no sé cómo vivir sin él. El doctor me preguntó si yo le amaba mucho, sólo respondí que había aprendido, con el tiempo, a quererle a pesar de que él  nunca valoro todo lo que yo le había entregado: mi juventud y una vida todo de mí y él en cambio, me dio una pena a cada día con su maltrato e indiferencia. Ahora, él está frente a mí postrado en una cama, en su lecho de muerte, yo con la tristeza que embargaba mi corazón  y en mi mente todos los momentos que viví con él. No sé si amarle u odiarle.  Por qué dice eso. Me preguntó
¿En verdad quiere usted saber? Le comenté. Sí, contestó.  Justo ahora recordaba   en ese preciso momento  el día en  que llegó a mi casa a pedirle mi mano a mi padre; él de inmediato dijo que era un honor para su familia que un hombre como él se hubiera interesado en su hija. Carlos era el soltero más codiciado del pueblo pero  eso a mí no me importaba, salí llorando a donde estaba mi madre,  es mucho mayor que yo le dije.  Ella sonrío y me dijo - eres  muy afortunada, mientras más grande sea más pronto podrías enviudar y ser libre – pero podría ser. A mi padre le dije, sólo tengo 15 años ¿cuántos tenías tu cuando te casaste? Eso no es lo que ahora importa tú debes ser una mujer obediente y veras que todo estará mejor, esas fueron las palabras que salieron de su boca.
  Estaba muy triste pensaba dejarlo todo irme de ahí pero, no tuve el valor. Aparte, en esos tiempos no era bien visto que una mujer dejara un compromiso. Así que olvidé toda cosa que pasaba por mi mente. Mi madre decía que debía prepararme  para mi  nueva vida con mi futuro esposo, toda una ama de casa; en esos momentos sólo podía pensar en cómo sería el  matrimonio a mis quince años, con muchas cosas que aprender en otra casa y con otras costumbres-Además de muchas cosas que ya no podría hacer, tenía que estar al pendiente de mi futuro esposo al menos eso decía mi madre.
El día de la boda se llegó, no sentía como si fuese a ser el día más feliz de mi vida si no el día en que se acababa mi libertad, mis ilusiones, mi vida… quería que la fiesta durara para siempre para que  nuca tuviera que irme con Carlos. Todos parecían divertirse bebiendo hasta perder la razón, bailando entre ellos. Pero toda fiesta llega a su fin, ya no había más nada que hacer, ya era su esposa.
Los primeros meses fueron los más difíciles pero poco a poco me fui adaptando a sus costumbres, a su actitud fría, sus exigencias y celos  excesivos. No podía hablar con ninguna persona, no me dejaba salir a ningún lado,  ni con mi madre me decía que sólo iba a que me mal aconsejara, que yo no tenía nada a qué salir. Sumado a todo esto se volvió aún más violento con cualquier pretexto me pegaba, no le importó que fuera a tener un hijo, qué más daba, siempre lo hacía.  Ya no me sorprendía su maltrato pero aún me daba tristeza y me ponía a llorar, pero jamás en su presencia.
Todo empeoró con el nacimiento de mi hija. Es muy triste saber que sus padres hicieron  de él un mal hombre de poco sentimiento porque tenía que ser niño y toda su familia pensaba lo mismo. Es más doloroso porque aparte de aguantarlo a él tenía que soportar a la familia. Me sentía con una impotencia al darme cuenta  que vivía  con rivales y con familia de la cual tenía que andarme cuidando, mi vida era un martirio el cual duele pero, con el tiempo te acostumbras a vivir sin libertar, a no poder expresar lo que sientes y a sentir rabia por las personas que te amargan la existencia  y con el tiempo te vas dando cuenta que  en esta vida te puedes topar con muchas personas buenas y malas, que debemos ser fuertes y seguir adelante porque yo como mujer sé que soy mejor, porque soy capaz de soportar todo tipo de dolor y  sacrificio. Soy una mujer con un vacío profundo. En el sentido del amor no fui afortunada a conocerlo con mi pareja, creo y espero, que en otra vida pueda ser feliz. Porque yo sueño en un mundo donde pueda ser yo misma y no en un mundo de apariencias, porque Carlos y su familia viven en la apariencia y están más vacíos que yo. Aparentan una realidad falsa y me di cuenta que es un cobarde y que su capacidad no da para más, que estaba tan molesto que se fue a tomar. No se apareció por la casa en unos días así que cuando mi madre se enteró que estaba sola me llevó a su casa para cuidar de la niña, pero cuando Carlos por fin  se dignó  a volver a casa y no me encontró enfureció aún más,  y fue por mí a casa de mi madre me llevó a rastras. A mi ya no me importaban sus maltratos era algo a lo que ya me había acostumbrado, pero ahora tenía una hija a quien cuidar en otro momento hubiera rogado porque un día de esos me matara pero, no tenía que dejar de pensar egoístamente y pensar en mi hija no la podía dejar sola con un padre así.
 Pasaron los años, ya tenía algo por qué vivir: cuidar de mi hijos,  verlos crecer. Ya tenía algunos meses que su padre no estaba con nosotros, por su trabajo, siempre que se iba vivíamos tan a gusto, sin preocupaciones de ningún tipo. Estábamos todos reunidos para comer cuando después de tres meses de no verlo entro a la casa muy molesto; no era nuevo, ya no nos sorprendía. Se quitó el cinto para pegarle a mi hija pero no tuve valor para decirle algo más. Sólo dije por qué eres así, ¿qué te hemos hecho? ¿Acaso no amas a tu hija? Sólo se quedó callado y se fue adormir.
En  una fiesta que se hacía cada año en el pueblo que vivíamos, había ido a misa  con todos mis hijos y me di cuenta que estaba la persona indicada, con la que yo quería compartir mi vida y recordé mis tiempos aquellos cuando quisimos ser novios y fuimos por 8 días pero él, tuvo que ir a Estados Unidos, por eso del sueño americano. Él se fue por la ilusión de hacer fortuna y regresar por mí, pero las cosas no sucedieron así, no hubo oportunidad. Me robaron mi ilusión, no me pidieron opinión, pero en ese momento que lo vi mi alma regresó a mi cuerpo. Me sentí tan feliz porque todo el tiempo pensé en él y lo recordaba con frecuencia, me puse a llorar pensando que mi vida sería otra al lado de él y preguntándome por qué él tuvo que irse, por qué en su momento no nos casamos. A mí no me hubiera importado la riqueza porque prefiero la pobreza y ser feliz en el amor pues me sentía tan feliz que me acerque a preguntarle cómo estaba y en mi mente pensando si él todavía era soltero y pudiéramos tener la posibilidad de huir juntos y ser felices pero, sorpresa que me llevé. Me contestó que estaba muy bien y que se había casado y que tuvo sus hijos pero que su esposa no había sido lo que él esperaba, pero que la vida así era, nadie tenía lo que quería que todo era a conveniencia y que no había de otra, que siguiera adelante con mi vida pues mi tristeza regresó a mi cuerpo, porque aparte de todo mi marido se dio cuenta que estaba platicando con él y ya que él es muy celoso y, con una mirada dominante me dio a entender que me fuera para la casa, tuve que hacerlo entré a mi casa y me puse a llorar y a pensar en el amor que le tuve a él y quiero recordarlo toda mi vida aunque sea así me di cuenta que en una sola cosa yo era libre en mis pensamientos porque no sabían lo  que yo planeaba…Pasó el tiempo y en una de sus borracheras se peleó y lo dejaron herido, por eso lo atiende Usted, le dije al doctor.  
Duró ya muy poco en cama. Murió. Sus padres lloraban postrados en su féretro preguntándose el por qué de las cosas y que me armó de valor y les digo ¡los valores que le inculcaron no fueron los correctos no lo ensenaron a ser humilde cuando él me pegaba hasta se reían y decían que lo que él hacia estaba bien! ¿Entonces para que se quejan?  ¡Hasta que sienten el dolor que yo sentía! con todo el sufrimiento que me hizo pasar, eso es poco todavía le falta señora y yo estoy triste por como acabó y feliz porque soy libre y de ahora en adelante no volveré a dejar que decidan por mí.
Sorpresa me lleve después ya que me dejó dinero porque trabajaba en Pemex pero la familia empezó a decir que les tocaba una parte y les dije con furia que  no, no me ayudaron con mi martirio. Si me dejaron sola pues para ustedes no hay nada y fui afortunada porque los licenciados por parte del trabajo les dijeron que no les tocaba nada pues mi vida dio giro y ora soy libre  pero con una lección de vida muy fuerte.  Eso pensé pero sorpresa me llevo otra vez pues mi  marido tenía otra familia, otros hijos que estaban reclamando fortuna. Pensé, este hombre está muerto y aun así no se acaban los problemas esto no puede ser cierto.  Bueno, estuve defendiendo lo que me correspondía por ley y lo logré. Ahora me dedico a mi persona a disfrutar y ver todo lo maravilloso que es la vida y pues quiero rehacer mi vida  como me hubiera gustado que fuera con aquella persona que conocí cuando tenía 15 es lo que pido pero ya  me conformo con mi libertad de expresión y  ser yo.
                                                                                                                      

No hay comentarios:

Publicar un comentario