sábado, 13 de abril de 2013

"ANAMELID"



“ANAMELID”
Por Jackeline Guerra Medina

Enero de 1885 en la ciudad de nueva york, en un salón llamado “pasión” se encontraba una mujer hermosa llamada Anamelid era de tez blanca, alta, delgada y lo más bello que tenía era un cabellera larga y esa mirada que cautivaba a los hombres.
Esa mujer soy yo. Bella por fuera, pero seca por dentro mi historia comienza desde mi nacimiento, 1865 del día 28 de diciembre en la ciudad de los Ángeles. Mi madre una mujer hermosa pero frívola, el día que nací me abandonó en una casa, y los dueños del lugar me llevaron a un orfanato donde pase mis primeros 15 años de vida.
Al cumplir mis 16 años decidí escaparme de ese lugar horrible donde sólo recibía malos tratos, por parte de las monjas quienes eran las encargadas de ese lugar.
23 de abril de 1881 recuerdo ese día perfectamente, me encontraba por la calle vagando sola con frio y hambre, se me acercó un hombre guapo me preguntó si necesitaba ayuda. Yo solo le respondí – si- él me dijo - ven conmigo- .
Entramos a un restaurant muy lujoso yo me sentía muy incómoda, puesto que estaba muy sucia, despenada pero con mucha hambre. Él me empezó a interrogar, prometió ayudarme y así lo hizo a un precio muy caro. Era un hombre alto, delgado, con unos ojos verdes preciosos y con una personalidad impactante. Pero tenía un gran defecto se dedicaba a prostituir a mujeres y su próxima víctima era yo.
Recuerdo que me llevó a una mansión y me asignó un cuarto elegantísimo. Sólo dijo -báñate y arréglate que te tengo una sorpresa- .
Yo temerosa me arreglé, no sabía que iba a pasar ni que me esperaba .pero baje me sorprendí lo que observe era mujeres bailando y tomando, a simple vista se veían felices con esos hombres que la acompañaban.
Al llegar al final de la escalera se encontraba el hombre que me llevo a ese lugar, era increíble todas las cosas que pasaron por mi mente en ese momento. Ni siquiera sabía el nombre de ese tipo, que hacia hay, que pasaba eran miles de preguntas sin respuestas.
Me tomó de la mano y me susurró al oído te vez hermosa y tu nombre de ahora en adelante será Nicol, yo a sombrada sólo pude decir qué pasa, qué es todo esto. y llegó ese momento. Me presento ante todas esas personas como Nicol. Un hombre se paró y me dijo bienvenida amor estás hermosa, yo no comprendía nada, lo único era que me sentía mal, esos hombres me desnudaban con la mirada. Al llegar la media noche un tipo ya mayor se me acercó y me dio un copa de vino a tomar, después de haber consumido ese vino me sentí rara con sueño.
A la mañana siguiente me encontraba en mi habitación desnuda, No sabía que me habían hecho, sólo me sentía rara. Tocaron la puerta de mi habitación ni siquiera pude parame de la cama para abrir solo dije pasen, y era el hombre que me llevó a ese lugar, yo lo mire con tristeza él me dijo. Muñeca bienvenida eres un muy buen negocio como te diste cuenta ayer esto es un burdel, yo con asombro dije -¿qué? ¿qué me paso? ¿Qué me hicieron?, le dio la media vuelta y solo respondió a por cierto mi nombre es Jors.
Esa mañana me quede recostada en la cama hasta la tarde llore mucho, me sentí sucia; había descubierto que abusaron de mi sexualmente. Y desde ese momento empieza mi vida triste, me di cuenta que con 16 años de vida ya era una prostituta no comprendía por qué la vida me había puesto ese camino, pero era de esperarse yo, una huérfana que ni siquiera su madre la quiso la abandonó a horas de nacida, su padre ni siquiera sabe quién fue, me encontraba sola en esta vida.
Llegó la noche me arregle, pero ahora todo era diferente ya sabía a qué bajaba, ya actuaba como una de esas mujeres tomaba, me reía con los hombres, aunque por dentro estaba destrozada. Esa noche me acosté con un hombre de 40 años. Así pasaban días, noches, tardes durmiendo, prostituyéndome no le veía sentido a mi vida me sentía muerte en vida.
Habían pasado ya tres meses y yo ni siquiera hablaba con las demás jóvenes que se encontraban en ese lugar, por las noches actuaba que era una mujer súper feliz y por las mañanas no hacía más que llorar sola en mi habitación pidiéndole Dios que me quitara la vida era horrible al llegar la noche y soportar a todo esos hombres asquerosos que me tocaban mi cuerpo.
Así pase años al cumplir los 20 años decidí escaparme de ahí, llegué una noche a un lugar llamado “Passion” era un salón donde había bailarinas era parecido al lugar donde me prostituía pero por lo menos en este lugar sólo bailaba.
Un día me di cuenta que ya no era aquella joven que soñaba con casarse y tener hijos, ya era frívola me gustaba burlarme de los hombres los odiaba a todos, jugaba con ellos los enamoraba y los despreciaba después.
Una noche Salí frente al público a bailar, podía observar que un hombre no dejaba de me, no era muy guapo, pero tenía algo que hacía que no dejar de mirarlo.
Al terminan mi número de baile, el me invito una copa empezamos a platicar se llama William, y tiene 30 años es un hombre muy interesante. Cuando me iba a retirar de su mesa él me jaloneo y me dio un beso, es un poco atrevido, pero me gusto.
Esa noche no puede dormir pasaba por mi mente toda mi vida, en realidad nadie sabía mi verdadero nombre Anamelid hasta ahora me había hecho pasar por Nicol aborrecía ese nombre pero, no quería ensuciar el mío.
Habían pasado cinco meses de que conocí a William es un hombre encantador, pero me siento sucia, no me siento digna de él. William es un hombre soltero se dedicó en su juventud a asaltar vagones así fue como construyó su fortuna. Por primera vez creo que estoy enamorada. Siento por mi cuerpo un cosquilleo cuando estoy con él una pasión de comérmelo a besos. He pasado varias noches con él, por primera vez siento amor y en los momentos de pasión me siento amada por él.
Una noche le confesé mi verdadero nombre, el me comento que era muy hermoso mi nombre le conté toda mi vida, el sólo me dijo que tenía que salir del país para ir hacer unos negocios que al regreso me iba a llevar a vivir con él y yo tendría que olvidar toda mi vida, y me tendría que dedicar hacer feliz con ello amaba mucho.
Han pasado dos meses y me entere que estoy embarazada nunca me imaginé ser madre, no sé que siento, a la vez emoción pero también tristeza no quiero que mi hijo o hija pase por lo que yo he pasado. Y William no sé nada de él. No sé cómo vaya a tomar esta noticia.
Una mañana me llegó una carta en la que me informaban que William había sido asesinado por unos policías, el salió del país a saltar vagones, no entiendo por qué lo hizo, se me resbalaron lágrimas de mis ojos no sabía que iba ser embarazada y sola, yo lo amaba pero ya no estaba nunca lo iba a poder ver.
Paso un mes mi bebe crece dentro de mi panza cada vez más he pensado en hacer una nueva vida para mí y mi bebe, he tenido miedo en mi vida solo me he dedicado a prostituirme y nos hacer nada.
Al cumplir los 5 meses decidí salirme de ese lugar de trabajar tenía poco dinero, y no tenía a nadie, empecé a vagar por la calle y pensar que podía hacer lo único que tenía era a mi bebé, al caminar por la calle me encontré a una anciana  cargaba unas maletas, me ofrecí a ayudarla hasta su casa con las bolsas. Al llegar a su casa ella me ofreció de comer, me tocó el vientre y me dijo ¡Ay mi niña! ¿Estás sola por el mundo, verdad? a mí se me resbalaron mis lágrimas y le dije – si, totalmente sola-. Esa anciana era mi ángel Dios por fin me había escuchado, le conté toda mi vida ella se ofreció a ayudarme.
Por fin mi vida era normal yo con mi panza cada vez más grande, me la pasaba con la anciana ella tenía unas propiedades que le habían dejado sus padres, nunca se casó así que tampoco no tenía a nadie en la vida igual que yo.
Llegó el día que tanto espere nació mi hermosa nena a la cual le puse el nombre de Victoria ella era eso para mí, la cosita más linda que me ayudo a salir de ese mundo de porquera.
Ahora si podía decirle al mundo entero que era la mujer más feliz del mundo. Disfrutaba los atardeceres como nunca y usaba mi verdadero nombre Anamelid quedo atrás mi vida anterior mi pasado horrible que tanto odie, ahora tengo una nueva vida donde la anímele es feliz junto a mi hija Victoria.
Al estrechar a mi hija en mis brazos no podía perdonar a mi madre, me preguntaba cómo me pudo abandonar si mi hermosa hija es lo que me da fuerzas para vivir y luchas por ella.
Pero eso ya era pasado, ahora sigue mi vida nueva.


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